El informe publicado en 2021 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la Agencia Europea de medicamento (EMA) y el Centro europeo para la prevención y el control de Enfermedades (ECDC) tras recopilar los datos del consumo de antibióticos y el desarrollo de las Resistencias a los antimicrobianos (RAM) en Europa en 2016-2018, destaca que ahora el uso de antibióticos es menor en animales productores de alimentos que en humanos.
Además, el citado informe identifica “vínculos entre el consumo de antimicrobianos en animales y la RAM en bacterias de animales productores de alimentos, que a su vez está asociada con la RAM en bacterias de humanos”.
Un ejemplo de esto es Campylobacter spp., bacteria que se encuentra en animales productores de alimentos y causan infecciones transmitidas por los alimentos en los seres humanos. Asimismo, los expertos encontraron una asociación entre la resistencia de estas bacterias en los animales y la resistencia de las mismas bacterias en los seres humanos.
A pesar de la implantación de distintas medidas de intervención en la medicina veterinaria y humana, el desarrollo de RAM está aumentando. En particular, las bacterias del grupo ESKAPE (Enterococcus spp. Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumanni, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacter spp) así como Escherichia coli representan una gran amenaza para la salud humana basado en su potencial de intercambiar RAM con otras bacterias.
Por ello, el uso de antibióticos en un animal enfermo por una enfermedad infecciosa debe llevarse a cabo siempre bajo supervisión veterinaria, y mientras que por un lado los animales enfermos reciben tratamiento, “lo que conviene hacer desde los sistemas productivos convencionales es evitar la enfermedad de los animales. Los antibióticos curan enfermedades infecciosas, tanto en el hombre como en los animales, y si se desea evitar el uso de antibióticos en ganadería o en animales de compañía, hay que evitar que los animales enfermen. Está demostrado que la producción de alimentos sin antibióticos es posible, pero para ello se tienen que implementar en las distintas condiciones de las explotaciones ganaderas unos determinados planes de vacunación, medidas de bioseguridad y estado de bienestar animal”, recomienda la veterinaria Clara Marín, Departamento de Ciencia Animal del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), en el último informe del Observatorio de Salud y Medio Ambiente.
Por ello, la experta incide en la importancia del compromiso de los ganaderos, “tienen el deber y la responsabilidad de salvaguardar la salud y el bienestar de los animales de su granja. Así, por un lado, los ganaderos deben elaborar, aplicar y revisar periódicamente un plan adecuado de salud de sus animales que describa los tratamientos preventivos de rutina (por ejemplo, programas de bioseguridad, vacunación y desparasitación, etc.) y la política de control de enfermedades, en coordinación con el veterinario que los trate”.
Por otro lado, señala que todos “los ganaderos deben colaborar y respetar las normas de los programas de salud de las explotaciones que supervisan el cumplimiento de la normativa sobre la medicación y los tiempos de espera. Por lo que deben colaborar con el veterinario responsable de su explotación para cotejar, registrar, revisar y discutir periódicamente el uso de antibióticos y supervisar la eficacia de los mismos”.
“El objetivo general de un ganadero debe ser maximizar la salud y bienestar de los animales a través de buenos protocolos de gestión, lo que da como resultado el uso de antibióticos tan poco como sea posible, pero tanto como sea necesario”, añade.
Para ello, apunta a una serie de principios básicos de control de enfermedades que deben de seguir.