La epilepsia es el trastorno neurológico crónico más común en humanos y perros, y la causa más común de convulsiones en perros es la epilepsia idiopática. Tanto en perros como en personas con epilepsia, los fármacos antiepilépticos (FAE) son el pilar actual del tratamiento. Sin embargo, los efectos adversos se asocian comúnmente con su uso.
En los perros, estos efectos adversos incluyen poliuria, polidipsia, polifagia, ataxia, inquietud y letargo, y se identifican como un importante contribuyente a la disminución de la percepción de la calidad de vida por parte de los dueños de perros. También, como aspecto negativo, se encuentra el coste continuo de los medicamentos, el control de medicamentos y el compromiso de administrar medicamentos en un horario regular.
No obstante, los datos de eficacia revelan que aproximadamente el 37 %, el 11 % y el 6 % de los perros responden a los FAE de primera, segunda y tercera línea, respectivamente, con una respuesta exitosa al tratamiento definida como una reducción de más del 50 % en la frecuencia de las convulsiones.
Debido a las limitaciones de los FAE, se han propuesto tratamientos complementarios no farmacológicos para disminuir la frecuencia de las convulsiones y aumentar la calidad de vida.
En personas con epilepsia, el aumento de la actividad física se ha asociado con una mejor calidad de vida y niveles más bajos de ansiedad, depresión y efectos secundarios de los medicamentos. Además, el ejercicio se ha asociado con una menor frecuencia de convulsiones en algunos estudios y puede reducir las descargas epileptiformes del electroencefalograma en las personas. No obstante, el efecto positivo del ejercicio no es consistente entre los estudios. En estudios basados en encuestas, algunos participantes informaron convulsiones asociadas con el ejercicio.
Por otra parte, además de las convulsiones, las personas con epilepsia tienen más probabilidades de tener trastornos del sueño. Sin embargo, el efecto del ejercicio sobre la calidad del sueño no está claro en pacientes epilépticos. Un estudio encontró que las mujeres epilépticas informaron menos trastornos del sueño después de un programa de ejercicios, mientras que otro estudio en niños epilépticos no encontró ningún efecto del ejercicio asignado en los resultados objetivos del sueño.
En cuanto a los perros con epilepsia, se desconoce el efecto del ejercicio sobre la frecuencia de las convulsiones o la calidad del sueño.
CRISIS EPILÉPTICAS Y CALIDAD DE SUEÑO
En consecuencia, un estudio realizado en EEUU ha investigado el efecto de un aumento en el ejercicio sobre la frecuencia de las convulsiones en perros con epilepsia idiopática.
La hipótesis explorada fue la de que los perros tendrían una reducción significativa en la frecuencia de las convulsiones durante los períodos de actividad física prescrita en comparación con los períodos de control de actividad normal. El objetivo secundario fue determinar si el ejercicio mejoraba la calidad del sueño en los perros.
Para realizar el estudio, 69 perros que recibieron terapia con medicamentos antiepilépticos se inscribieron en un ensayo clínico prospectivo, aleatorizado y controlado con un placebo, a lo largo 6 meses. Se usó un dispositivo de monitoreo de actividad canina para medir los niveles de actividad y las puntuaciones de sueño.
Tras el análisis de los resultados, en el grupo de perros cuya actividad aumentó al menos un 10 %, los datos arrojan que tuvieron 0,719 convulsiones más por mes en comparación con el grupo de control. Las puntuaciones de sueño aumentaron un 1,2 % en el grupo de tratamiento en comparación con el grupo de control.
“Nuestro estudio encontró que la frecuencia de las convulsiones aumentó levemente, pero significativamente durante los períodos de actividad física prescrita en perros con epilepsia idiopática que recibieron terapia con FAE, en comparación con perros sin un aumento en la actividad física”, indican los autores. Los perros con mayor actividad también tuvieron mejores puntajes de sueño durante el período de estudio.
No obstante, matizan que “se necesitan más estudios para comprender los tipos de actividades asociadas con las convulsiones en perros epilépticos, así como la relación entre la calidad del sueño y la actividad convulsiva en los perros”.
En la misma línea, “nuestros resultados destacan la importancia de que los propietarios realicen un seguimiento de las convulsiones en relación con el nivel diario de actividad física de su perro”.