Las grandes poblaciones de gatos sin dueño constituyen un problema de bienestar animal, ecológico, social y de salud pública en todo el mundo. Su reubicación y puestas en adopción se realizan actualmente en muchas partes del mundo con la intención de aliviar el sufrimiento y los problemas sociales, al mismo tiempo que se contribuye al control ético y humano de la población en estas colonias de gatos.
La comprensión del estilo de vida y el estado de la enfermedad de un gato individual por parte de los profesionales del equipo veterinario y aquellos que trabajan con organizaciones benéficas para gatos puede ayudar a prevenir el estrés severo del gato y la propagación de patógenos felinos, especialmente patógenos transmitidos por vectores, que pueden pasarse por alto en los gatos.
En un artículo internacional en el que han participado los veterinarios españoles Xavier Roura, Lluís Ferrer y Laia Solano-Gallego de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Guadalupe Miró y Ángel Sainz de la Universidad Complutense de Madrid, se ha discutido el tema de la reubicación y el alojamiento de gatos sin dueño desde una perspectiva global, así como los agentes infecciosos zoonóticos y no zoonóticos de los gatos, con el fin de brindar una lista de recomendaciones prácticas para los profesionales del equipo veterinario que se ocupan de los gatos domésticos.
Como explican los investigadores, muchos agentes de enfermedades infecciosas que portan los gatos son zoonóticos. Los agentes virales, bacterianos (incluidas las rickettsiosis), micóticos y parásitos son los más comunes, y muchos de los agentes bacterianos y parásitos son transmitidos por vectores. “Una idea errónea común es que los gatos están menos infestados de vectores (como garrapatas, ácaros, pulgas) y también son menos frecuentados por vectores temporales (mosquitos, flebotomos y moscas) que otros animales de compañía como los perros”, indican los expertos. Sin embargo, los vectores y los patógenos transmitidos por vectores, tanto los no zoonóticos como los zoonóticos, ocurren comúnmente en los gatos.
AGENTES INFECCIOSOS NO ZOONÓTICOS A TENER EN CUENTA
La mayoría de los agentes virales de los gatos no son zoonóticos (p. ej., retrovirus felinos, coronavirus felinos, herpesvirus felino-1 [FHV], calicivirus felinos [FCV]). Estos agentes se transmiten fácilmente por contacto directo con otros gatos, sus secreciones o transmisión vertical. Por lo tanto, la mayoría de las infecciones virales felinas son más comunes en poblaciones de gatos con contacto directo. Esto es particularmente cierto para los agentes del tracto respiratorio, FHV y FCV. Los gatos pueden portar estos agentes incluso si están vacunados, y las condiciones estresantes, como la búsqueda de hogar, pueden inducir la diseminación repetida de FHV, lo que podría provocar la infección de más gatos.
En cuanto a los agentes parasitarios no zoonóticos, incluyen el protozoario Cystoisospora felis, varios cestodos como Taenia taeniaeformis y los gusanos pulmonares Aelurostrongylus abstrusus y Troglostrongylus.spp.
Asimismo, los gatos expuestos a las heces de otros gatos también pueden estar infectados con mayor probabilidad por otros agentes protozoarios no zoonóticos como Tritrichomonas blagburni (anteriormente denominados aislados felinos de Tritrichomonas fetus).
AGENTES INFECCIOSOS ZOONÓTICOS
Las zoonosis son infecciones que se transmiten naturalmente entre animales y humanos, o entre humanos y animales.
Aunque hay poca información sobre los gatos como reservorios de agentes zoonóticos, los propietarios y cuidadores de animales corren el riesgo de infectarse con algunos virus, bacterias, hongos y numerosos endoparásitos y ectoparásitos. Sin embargo, “la información errónea es común, por ejemplo, la sobreestimación del riesgo de toxoplasmosis de tener un gato”, comentan los autores. Por lo tanto, los profesionales del equipo veterinario deben estar bien informados sobre los agentes zoonóticos asociados con los gatos y ser capaces de comunicar dicha información de manera efectiva a los dueños de gatos, en particular sobre las vías, los modos de transmisión y la prevención.
La transmisión de patógenos zoonóticos puede ocurrir a través de las heces (ya sea por contacto directo o indirectamente a través del suelo, agua o productos crudos contaminados); cabello (p. ej., dermatofitos, ya sea directa o indirectamente); secreciones/exudados orales, oculares, respiratorios, cutáneos y urogenitales; mordeduras y rasguños; exposición ambiental compartida (p. ej., inhalación de esporas de hongos sistémicos como Blastomyces dermatitidis); y vectores compartidos como pulgas, garrapatas, ácaros, flebotomos, mosquitos o moscas.
Los agentes zoonóticos se encuentran en todos los tipos de patógenos relevantes, es decir, parásitos, virus, hongos y bacterias. En cuanto a los parásitos, hay algunos que necesitan atención zoonótica especial: “Toxoplasma gondii sigue siendo uno de los patógenos zoonóticos más importantes”, apuntan. La toxoplasmosis en las personas es una enfermedad multisistémica que provoca una inflamación granulomatosa en varios tejidos.
Asimismo, señalan en el artículo que “otros parásitos felinos protozoarios zoonóticos potenciales son Giardia duodenalis y Cryptosporidium spp. Giardia duodenalis , también denominada Giardia intestinalis y Giardia lamblia , que es la especie que infecta a los mamíferos”.
En cuanto a los protozoos zoonóticos transmitidos por vectores, incluyen los agentes de algunas enfermedades humanas graves, siendo destacada la leishmaniosis.
“Los gatos individuales pueden infectarse de forma subclínica con patógenos felinos transmitidos por vectores y, por lo tanto, pueden alojarse potencialmente en hogares y transportar la enfermedad”, advierten.
CONCIENCIA, VIGILANCIA Y CONTROL
Un gran número de gatos sin dueño continúan constituyendo un problema de bienestar animal, ecológico, social y de salud pública en todo el mundo. La reubicación y el alojamiento de gatos sin dueño es una estrategia utilizada en muchas partes del mundo. Sin embargo, la falta de comprensión del estilo de vida y el estado de la enfermedad de un gato en particular puede generar estrés en el animal y/o en el propietario, la diseminación de patógenos felinos y un mayor riesgo de exposición a agentes zoonóticos.
Por lo tanto, consideran “esencial concienciar sobre estos temas entre los profesionales del equipo veterinario y aquellos que trabajan con organizaciones benéficas para gatos”. Esto incluye el conocimiento del estilo de vida del gato, incluyendo cómo esto influye en la exposición a los patógenos, la distribución geográfica de los patógenos de los gatos, sus signos clínicos y/o anomalías clinicopatológicas, vectores, modos de transmisión, control de vectores y parásitos y evaluación de los posibles riesgos zoonóticos.
“Las pruebas, la vigilancia, el registro y la notificación adecuados de agentes infecciosos en gatos domésticos también son un componente vital en el seguimiento de la propagación geográfica y la aparición de patógenos y zoonosis felinas”, concluyen.