El pasado 28 de octubre el Ministerio de Agricultura de Francia informó de la detección de un caso de rabia en un perro en la región de Ile de France, cerca de París, que mordió a varias personas. En un comunicado explicaron los hechos ocurridos, si bien, no mencionaban en ningún momento a los servicios veterinarios.
Ante este hecho, varias asociaciones veterinarias han mostrado su descontento con el Gobierno por el manejo de la información, al omitir todas las actuaciones del servicio médico veterinario.
"Gracias al conocimiento de los veterinarios de las enfermedades zoonóticas contagiosas y su permanente implicación en la protección de la salud pública se pudo detectar los síntomas de la rabia y prevenir la muerte de personas que habían sido mordidas por el perro", exponen las asociaciones veterinarias francesas.
"Lamentamos que la nota de prensa del Gobierno no haga referencia a la actuación de los veterinarios cuyo papel fue fundamental en el descubrimiento y manejo de este caso de rabia", añaden.
CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS
Los veterinarios intervinieron la noche del 24 de octubre para examinar y cuidar a un perro que presentaba trastornos nerviosos, cambios de comportamiento y signos de agresión. Por prescripción de los veterinarios, el perro fue aislado por sospecha de rabia en base al examen clínico y a los antecedentes de este perro, que fue importado ilegalmente de Marruecos y cuyo estado vacunal no era conocido.
“Cuando el perro murió el 25 de octubre, un veterinario tomó las muestras necesarias, que fueron enviadas al Instituto Pasteur al final de la tarde, y cuyo diagnóstico de rabia pudo ser confirmado durante la noche", explican.
Las asociaciones exponen que la vigilancia y la capacidad de respuesta de los veterinarios que examinaron al perro fue lo que permitió el diagnóstico de la enfermedad y, finalmente, la atención médica de las personas afectadas, "es gracias a este particular modelo de vigilancia sanitaria que Francia está oficialmente libre de rabia desde hace más de 30 años y que desde hace casi un año no se detecta ningún caso humano mortal vinculado a una mordedura en nuestro territorio".
Por ello instan al Gobierno a que les reconozcan su papel de centinela que realizan los 22.000 veterinarios inscritos en el territorio nacional, los 365 días del año, en estrecha colaboración con los 1.000 veterinarios de la administración.