Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana - CSIC ha examinado el efecto de la sequía en el momento de nacer y la sequía actual sobre las tasas de supervivencia y reproducción, así como sobre el comportamiento, de la población de milano real del Parque Nacional de Doñana. El objetivo ha sido analizar el impacto de los extremos climáticos, no solo los que suceden en la actualidad, sino los experimentados en el pasado en las poblaciones animales.
“Teníamos varias preguntas que eran urgentes responder. ¿Cuál es el impacto combinado de los eventos climáticos extremos ocurridos en el momento de nacer y en la actualidad? ¿Es el clima extremo más perjudicial cuando se experimenta en la edad adulta o cuando se experimenta al nacer? ¿Un extremo climático natal socava la capacidad adulta para hacer frente a otro más adelante? ¿O lo predispone para afrontarlo mejor?”, explica Fabrizio Sergio, investigador de la Estación Biológica de Doñana y autor principal del estudio. Según el investigador, estas son cuestiones importantes por resolver, más aún considerando que los eventos climáticos extremos serán cada vez más frecuentes en el futuro cercano, aumentando así la probabilidad de que los individuos experimenten estas dificultades tanto al nacer como de nuevo en etapas adultas.
El estudio se llevó a cabo sobre una muestra de unos 700 individuos monitorizados durante tres décadas comprendidas entre 1989 y 2019 y de unos 1200 eventos de nidificación. En Doñana, los milanos reales están en peligro de extinción (apenas quedan unas 20 parejas) y dependen para su alimentación de la marisma, un gran humedal estacional. En años de sequía, la marisma no se inunda y permanece básicamente seca, lo que convierte a todo el sistema en una estepa árida con escaso alimento para los milanos.
PEOR ÉXITO REPRODUCTIVO Y SUPERVIVENCIA MÁS BAJA
“Descubrimos que la sequía reduce el éxito reproductivo y la supervivencia del milano real”, afirma Julio Blas, investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC y coautor del estudio. “Cuando la sequía se produjo en el mismo año de nacimiento, la probabilidad de supervivencia del individuo promedio disminuyó durante el resto de su vida.” Por ejemplo, un individuo nacido durante un año normal mostró una esperanza de vida promedio de diez años, mientras que las expectativas de vida de un milano nacido durante sequía eran de poco más de un año, insuficiente para generar descendencia.
El equipo realizó además un modelado de la dinámica poblacional del milano, el cual demostró que, si no se consideran las dificultades en el momento del nacimiento, se pueden generar pronósticos sobre el tamaño de la población y tendencias futuras irrealmente optimistas y sesgados. Esto impediría tomar conciencia real sobre la gravedad de la situación de las especies amenazas y aplicar medidas de conservación con la urgencia necesaria. Por ejemplo, para el caso del milano real, considerar las sequías natales en los modelos provocó una disminución del 40 % en el tamaño de población pronosticado y una reducción del 21 % en el tiempo previsto para su extinción, lo que supone un adelanto en las fechas previstas de extinción en más de una década. Según Julio Blas, el modelado indica que los previsibles aumentos en la frecuencia de las sequías “agudizarán un declive poblacional que ya es observable en esta especie y acortarán el tiempo que queda hasta su extinción, haciendo que las acciones encaminadas a su conservación futura sean hoy más urgentes que nunca.”
La evaluación y el pronóstico de los impactos climáticos generalmente se calculan vinculando determinados parámetros demográficos de desempeño, como el éxito reproductor y la tasa de supervivencia, con las condiciones climáticas que acontecen durante dicho desempeño. En este sentido, el éxito reproductivo se suele relacionar con la temperatura media registrada durante esa reproducción. “Sin embargo, de acuerdo con nuestros hallazgos, este tipo de análisis tradicionalmente simplista debería tener más en cuenta la contribución potencial de los efectos natales, ya que estos pueden empeorar radicalmente los escenarios previstos para el estudio”, explica el investigador.
EL CAMBIO GLOBAL, MÁS PERJUDICIAL DE LO QUE SE CREE
Las dificultades experimentadas durante el desarrollo pueden perjudicar al individuo durante toda su vida y afectar a su desempeño incluso décadas después, por lo que los efectos pueden ser sutiles y difíciles de detectar. Esto es así, según el equipo, porque golpean a una población dos veces, al afectar directamente a los adultos y al inyectar en la población un grupo de individuos débiles y dañados de por vida. Esto podría explicar los misteriosos declives poblacionales observados a gran escala en muchos grupos animales a nivel mundial.
Además, las sinergias entre las condiciones natales y las actuales pueden aplicarse a cualquier tipo de impacto de origen humano que provoque estrés y dificultades tanto para los animales juveniles como para los adultos, como la contaminación química, las perturbaciones humanas, etc. Según el investigador Fabrizio Sergio, “la implicación de todo lo anterior es que el clima y el cambio global pueden estar erosionando las poblaciones de una manera más rápida y más severa a la que realmente se reconoce”. Esto requerirá con más frecuencia, según el autor, de la aplicación de medidas de conservación más urgentes e intensivas. “En relación a muchos aspectos del cambio climático, es posible que nos estemos quedando sin tiempo para aplicar medidas. Esto puede estar sucediendo a una velocidad mucho más rápida de lo que comúnmente se cree”.
En el futuro, será importante realizar estudios similares en otras especies para confirmar la generalidad de estos hallazgos. Mientras tanto, existe una necesidad urgente de considerar estas “penalizaciones” ligadas a los efectos natales en los pronósticos del impacto climático, a modo de escenarios conservadores o considerando el peor de los casos.