Según datos del portal Statista, en 2020 España fue el cuarto país europeo con más reptiles mascotas, con 1.240.600, por detrás de Reino Unido, Italia y Alemania. Un estudio de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (Anfaac) de 2013 afirma que entonces había 30.000 en España.
Juan Monge Albarrán, veterinario de animales exóticos, afirma que este aumento no es exclusivo de reptiles, sino que existe un incremento en la tenencia de animales exóticos. “Simplemente, lo que ha crecido es la diversidad de mascotas”. Los reptiles no tienen tanta popularidad como los pequeños mamíferos o las aves, pero entre los jóvenes tienen mucha aceptación. Añade que, por lo general, a los propietarios de estas mascotas “les gusta tener algo un poco distinto a lo que tienen los demás”.
El aumento de reptiles mascota ha sido proporcional a las visitas a la clínica veterinaria. Monge, sin embargo, advierte que existe un problema que puede afectar a la salud de estos animales. “En Internet hay demasiada información, y los propietarios de reptiles la usan más que al veterinario. Solo cuando ya no queda más remedio, porque hay un problema grave, acuden a la clínica”. Señala que los propietarios de otros animales exóticos lo primero que hacen es acudir al veterinario, pero “los de serpientes, por ejemplo, vienen cuando no pueden hacer ellos nada más”.
Hoy es más fácil acceder a los reptiles gracias a Internet, resulta más sencillo conocer cómo es su mantenimiento. Sin embargo, “aunque haya más información sobre estos animales, los dueños no están bien informados”, avisa Juan Monge. “En Internet puede escribir cualquiera, y el que tiene algo que de verdad transmitir o con un valor, lo cobra”. Explica que es muy costoso adquirir conocimientos sobre este tipo de especies, es necesario dedicarle mucho tiempo y dinero “que tienes que repercutir luego en el precio de una consulta o de un libro”.
Los reptiles son animales mucho más caros de mantener que otras mascotas. La recreación de un hábitat óptimo en el que puedan vivir exige una inversión inicial alta. “Tienen un problema con la temperatura bastante serio”. Aunque algunas, como las tortugas de agua, tienen más capacidad de adaptación, otras, como las serpientes o los camaleones, necesitan un calor adecuado y unas condiciones de humedad específicas.
CAUSA DE ENFERMEDADES
“La mayoría de las enfermedades que vemos están provocadas indirectamente por los dueños, ya sea por falta de información o por equivocación”. El veterinario asegura que casi todos los casos que les llegan a la clínica son consecuencia de no haber proporcionado el hábitat o la alimentación idónea. Además de las distocias o retenciones de huevos en hembras de todas las especies, las dolencias más comunes son: neumonías en tortugas de agua, rinitis en tortugas de tierra, problemas de mala adaptación por culpa de no tener bien adaptado el terrario en camaleones, y en serpientes, “estomatitis, que normalmente van unidas a tener mal controlada la temperatura del terrario o a morder cables eléctricos”.
Hay que tener en cuenta que los reptiles también pueden transmitir enfermedades a sus dueños, y es más común que en el caso de perros y gatos. La más habitual es la salmonella. Un cuidado básico que deben tener quien maneje a estos animales es la higiene. “Hay que tener limpio el terrario, y después de tocarlas, lavarse las manos”, recuerda Monge. “Creo que no son mascotas apropiadas para niños. Un reptil transmite enfermedades, no es lo más idóneo”.
Pese al potencial problema que pueden suponer para la salud humana si no se toman precauciones, es común regalar crías de tortugas de agua por los cumpleaños o por Reyes a los niños. Lo más habitual es que estas terminen muriendo, “porque no están ni bien alimentadas ni en buenas condiciones”. Sin embargo, unas pocas pueden llegar a vivir 15 o 20 años.
Otros casos son más premeditados. “Quien se compra una Boa constrictor o un Furcifer pardalis sabe lo que se está comprando y cómo mantenerlos”. Lo mismo sucede con algunas especies de tortugas: “no te compras una tortuga de espolones africana si no tienes sitio para tener luego 50 kilos de tortuga”, señala el veterinario.
Los propietarios de reptiles también deben tener en cuenta las restricciones legales. Muchas especies que hace años eran muy habituales hoy están prohibidas, como las iguanas, las tortugas Trachemys y muchas tortugas Testudo. Pese a estas limitaciones, “si llega uno de estos animales a la clínica, nuestro deber es curarlo. Somos veterinarios, no policía de aduana”. Tras tratar al reptil, se aconseja al dueño que lo den de alta y lo legalicen.
En cuanto a la formación universitaria, aunque depende de cada facultad, “no te puedes catalogar como un veterinario especializado al salir de la universidad. Sales con el título, como con el carnet de conducir, pero para ser buen conductor tienes que conducir”, es necesario formarse de manera particular. Gracias a esto, hoy hay en España “gente muy buena, que hace cirugías de muy alta capacitación”.