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Reevalúan la prueba de supresión con dexametasona a dosis baja en el Cushing canino
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Reevalúan la prueba de supresión con dexametasona a dosis baja en el Cushing canino

El síndrome de Cushing se produce por una disfunción en el correcto funcionamiento de las glándulas suprarrenales
Vacuna vial
Una de las enfermedades más difíciles de diagnosticar y tratar en los perros es el hiperadrenocorticismo o síndrome de Cushing.

Una de las enfermedades más difíciles de diagnosticar y tratar en los perros es el hiperadrenocorticismo o síndrome de Cushing. Este desafiante problema de salud puede ser un grave trastorno tanto para los perros como para los propietarios que los cuidan a largo plazo.


Este síndrome es relativamente habitual, y afecta a perros de mediana y avanzada edad y es raro en pacientes jóvenes. Las hembras tienen cierta predisposición mayor a desarrollar la enfermedad con respecto a los machos. En cuanto a las razas, cualquiera de ellas puede sufrirlo, pero los individuos de las razas bóxer, caniche, teckel, beagle y pastor alemán son especialmente susceptibles, apuntan.


El síndrome de Cushing se produce por una disfunción en el correcto funcionamiento de las glándulas suprarrenales. Estas pequeñas estructuras, colocadas junto a cada uno de los riñones, intervienen en la regulación de muchas funciones corporales mediante la secreción de hormonas. La hormona implicada y cuya producción se encuentra alterada en el síndrome de Cushing es el cortisol.


Una de las pruebas de elección para abordar el diagnóstico de esta enfermedad es la prueba de supresión de dosis bajas de dexametasona, y ha sido esta técnica sobre la que se ha publicado una reevaluación reciente para afinar el punto de corte de cortisol para el diagnóstico de la enfermedad.


Para realizar el estudio, 27 perros con la enfermedad y 30 perros sanos de control fueron reclutados prospectivamente. El rendimiento de la prueba de supresión con dosis bajas de dexametasona se evaluó teniendo en cuenta su sensibilidad y especificidad.


Tras la realización del estudio, 24 perros fueron diagnosticados con hiperadrenocorticismo dependiente de la hipófisis y tres con hiperadrenocorticismo dependiente de las glándulas suprarrenales. En 30 perros de control sanos, las concentraciones de cortisol de 8 horas después de la dexametasona oscilaron entre 5,5 y 39 nmol/L.


Una curva construida a partir de las concentraciones de cortisol de 8 horas posteriores a la dexametasona de hiperadrenocorticismo y perros de control demostró que el punto de corte más discriminatorio fue más de 36 nmol/L con una sensibilidad del 85,2 % y especificidad del 100 %.


Por lo tanto, los autores indican que “el punto de corte óptimo de más de 36 nmol/L propuesto por este estudio es similar al punto de corte de concentración de cortisol de 8 horas actualmente aceptado para diagnosticar hiperadrenocorticismo”.

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