El Grupo Operativo de prevención frente a la Peste Porcina Africana (GO PREVPA) ha puesto en marcha un estudio preliminar para evaluar la eficacia de atrayentes ecológicos para el jabalí. El objetivo es dar con una alternativa al aporte de alimento para concentrar a este suido silvestre en una zona determinada y de esta forma facilitar la gestión de sus poblaciones. Los atrayentes elegidos por el Grupo Operativo para llevar a cabo el experimento han sido esencia de fresa, esencia de anís, orina de cerda en celo y resina de haya.
El grado de atracción de estas sustancias se evaluará mediante el análisis del comportamiento de los jabalíes a través de cámaras de trampeo, gracias a las cuales se pueden calcular factores como el tiempo de detección, el tiempo de olfateo alrededor del atrayente o el número de individuos atraídos.
Una vez se recopilen y analicen todos estos datos, la finalidad del GO PREVPA es obtener resultados que permitan implementar el uso de atrayentes ecológicos como alternativa al aporte de alimento para el control de las poblaciones de jabalí, contribuyendo de esta manera a la prevención de enfermedades como la peste porcina africana (PPA). Esta medida de control, junto a otras, está recogida en el decálogo para el control sostenible de las poblaciones de jabalí desarrollado por el Grupo Operativo, con el que se busca transferir conocimiento sobre esta problemática que cada día genera más dificultades en los entornos rurales y urbanos.
DISEÑO EXPERIMENTAL
El experimento se ha puesto en marcha en dos unidades de muestreo ubicadas en la provincia de Ciudad Real. Junto a las cuatro atrayentes ya mencionados, se establece también un control cuyo contenido es agua. Así pues, en cada unidad de muestreo se colocan cinco cámaras en ángulos de hierro y se disponen de forma lineal con una separación de 100 metros entre ellas. Estas cámaras se configuraron con modo foto, estando operativas todo el día y sin tiempo de retardo. Frente a cada cámara y a una distancia de cuatro metros se coloca un atrayente en una estaca de hierro corrugado provista de un recipiente.
La duración total del experimento es de cinco semanas, durante las que la distribución de los atrayentes va rotando de forma semanal para controlar un posible efecto de la zona de ubicación del atrayente, como pueden ser los puntos de mayor querencia para esta especie. Así pues, cada uno de los cuatro atrayentes más el de control estarán una semana colocados frente a cada cámara.
Tras finalizar el periodo experimental, se procederá a analizar toda la información obtenida con las cámaras de trampeo para comprobar la eficacia de estas sustancias.