Staphylococcus aureus es una bacteria común presente en la piel y las membranas mucosas en el 20-30 % de los sujetos humanos sanos. Aunque generalmente es inofensivo, puede ser la causa de infecciones nosocomiales y comunitarias de la piel y los tejidos blandos tanto en humanos como en animales; por lo tanto, se considera una carga importante para los sistemas de salud en todo el mundo.
Algunas cepas de S. aureus pueden desarrollar resistencia a los antibióticos betalactámicos como la penicilina, que se usan ampliamente para tratar infecciones humanas. Estas cepas se conocen como Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA).
Los seres humanos se infectan con S. aureus principalmente a través del contacto directo con personas infectadas o con instrumentos y equipos médicos. En los últimos años, los animales de compañía, como perros, gatos y caballos, se han identificado como reservorios potenciales de S. aureus y específicamente de MRSA.
En base a esta premisa, un equipo de científicos italianos ha investigado la circulación y las relaciones genéticas de una colección de Staphylococcus spp. aislados en una familia compuesta por cuatro adultos (madre, padre, abuela y abuelo), un niño y un perro, que fueron muestreados durante tres años.
Los investigadores analizaron las rutas de transmisión entre humanos y entre humanos y el perro. Los resultados mostraron la circulación de muchos linajes de Staphylococcus, pertenecientes a diferentes especies y tipos de secuencia y relacionados tanto con el origen humano como con el de las mascotas. Sin embargo, entre los eventos de cambio de huésped observados, uno de ellos apuntaba claramente a la ruta antropozoonótica de un humano a un perro. “Esto sugiere que los animales de compañía pueden tener un papel potencial como portadores de Staphylococcus, lo que plantea una seria preocupación sobre la propagación de MRSA dentro de las comunidades microbianas humanas y animales”, alertan.