Crónica de una sola salud en todas las políticas - 1ª parte

Seguí las mesas redondas y las ponencias de Valladolid, organizadas por la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, conjuntamente con los Colegios Oficiales de Médicos y Veterinarios con gran atención. Los “más” expertos en Salud Pública de humanos, animales y del medio ambiente allí se congregaron. La conferencia central corrió a cargo de María Neira, directora general de Salud pública y Medio Ambiente de la OMS.

Uno de los que más me gustó fue Fernando Valladares, biólogo e investigador del CSIC que habló sobre ecología de las pandemias. Nos transportó al Neolítico, periodo en el que se extinguió la megafauna (los grandes animales) y empezó la ganadería, la domesticación de los animales; enumeró algunas actividades humanas actuales, muy dañinas, que deberían erradicarse, referidas al tráfico ilegal de productos y de especies animales (colmillos de elefantes, pangolines) usados en pseudoterapias y que afectan a esas especies y a otras de los mismos ecosistemas, se desequilibran y perdemos diversidad. Añadió, que las enfermedades infecciosas que afectan a los animales y a los humanos, siguen la degradación tropical del clima y aparecen nuevas enfermedades emergentes; si vuelven a aparecer al cabo de un tiempo, se llaman reemergentes. Describió el nexo entre pandemias y biodiversidad, dijo algunas frases llanas y muy entendibles: “Cuantos más bichos, menos riesgos de pandemias”. Esto es, a mayor número de especies de animales, se depredan unas a las otras, comparten mayor número de patógenos entre ellas y también supone que el riesgo de padecer una pandemia como la actual, en los humanos, es menor por amortiguación.

Al haber más especies, hay mayor diversidad genética que impide también la aparición de enfermedades, por amortiguación. Cuando los animales enferman sus depredadores regulan al patógeno. Dijo algunas frases, muy relevantes y muy ciertas desde mi punto de vista, reflexionemos sobre ellas: “Cuando hay lobo, hay menos tuberculosis”. “La mayor biodiversidad de aves disminuye la transmisión de zoonosis”. “Las primeras especies que desaparecen en un ecosistema son las que más nos protegen a los humanos de los patógenos”. “En zonas degradadas hay más especies animales, transmisoras de zoonosis”. “En sitios donde se cultiva el aceite de palma, las zoonosis se han multiplicado por cinco”. “El cambio climático aumenta el riesgo de infecciones”.

También destacó que “los riesgos de pandemia aumentan por no arreglar la naturaleza rota”. “Las zoonosis son el 70 % de las enfermedades emergentes”. “La esperanza de vida de los humanos se ha estancado y declina por las pandemias”. “La medicina progresa, pero va más rápido la degradación ambiental”. Vuelvan a leerlas, por favor, son importantes, contienen un resumen de Ecología, de la que estamos muy necesitados los veterinarios.

Otras frases mencionadas por Valladares, fueron: “La restauración ecológica de paisajes degradados es clave contra las zoonosis”. “Es más barato conservar la naturaleza que atajar pandemias”. “En la naturaleza no se gasta, en la naturaleza se invierte”. “La Covid y el cambio climático no nos afectan solo a la salud física, sino a la salud mental”. “Cuando se pueda deben darse clases al aire libre”. “La vida en las ciudades se alarga tres años, si tenemos en nuestro entorno un medio natural bien cuidado”. También dijo que la solución a las pandemias, no es científica ni sanitaria, es social, hay que llegar a la sociedad.

A través de los medios de comunicación y de las redes sociales, los profesionales de la sanidad y del medio ambiente debemos comunicar. ¿Más ciencia? Si, más ciencia pero más sociología, y más sociedad informada. Necesitamos sanitarios de todas las profesiones y también psicólogos, sociólogos, antropólogos, economistas.

El ejemplo más gráfico y significativo fue donde aludió a las zoonosis, que pensamos que son como el tenis, la pelota nos llega de frente. No es cierto, las zoonosis son como el pádel, nos llegan rebotadas desde cualquier punto, incluso a nuestra espalda (van de un animal a otro, directamente, o por intermediarios, reservorios, hospedadores, vectores, y a veces saltan la barrera de especie, hacia los humanos, y luego, se contagian entre personas). Constituyen así, epidemias y pandemias.

Si pensamos en las zoonosis, como tenis o pádel, entenderemos mejor la importancia de la profesión veterinaria en ‘Una Sola Salud’, en la prevención, en la investigación, en el control y el tratamiento de los animales vivos, salvajes, domésticos y mascotas, y en el estudio de sus enfermedades infecciosas y parasitarias, y en la prevención al usar, elaborar y consumir, sus productos, los alimentos.

Christian Gortázar, catedrático de Sanidad Animal en Castilla-La Mancha e investigador en animales salvajes, compartió el pesimismo de Fernando Simón y Fernando Valladares. Gortázar explicó que los patógenos estaban integrados en las poblaciones y contribuían a regularlas; además muchos patógenos tienen más de un hospedador, son multihospedadores, viven en más de una especie y además evolucionan, mutan y varían.

Las enfermedades emergentes tienen multihospedadores, su distribución global las hace difíciles de controlar. Concluyó diciendo que “el planeta se va al carajo”. “Ni dejar de comer carne ni proteger la biodiversidad evitará la próxima pandemia”, que será por otro coronavirus, por influenza (o gripe, a través de las aves y de los porcinos) o por un hongo.

Solo nos quedan las medidas de bioseguridad, el control poblacional y las vacunaciones en los animales. En los humanos, restricción de movimientos, higiene de manos, aislamiento y vacunas. Más investigación, es imprescindible.