Las mascotas sufren de la misma manera que las personas los problemas de envejecimiento. Vivir una vida cada vez más larga hace que los animales se enfrenten a desafíos y nuevos problemas para mantener una calidad de vida alta.
Una de las condiciones más comunes que sufren los animales es el síndrome de disfunción cognitiva, o Alzheimer canino. Este tipo de síndrome es parecido a la demencia de las personas y pueden afectar a los ciclos del sueño, ocasionar pérdidas de memoria o desorientación y alterar las relaciones con las personas y otras mascotas con las que convivan. La calidad de vida de la mascota se ve modificada, así como la relación humano-animal.
Sobre este problema, una empresa australiana de biotecnología parece haber avanzado en este campo y conseguir revertir la demencia en un grupo de perros afectados. El enfoque neurorrestaurador tiene como objetivo reconstruir y reemplazar las células cerebrales perdidas en la enfermedad.
Durante el ensayo veterinario, los investigadores pudieron observar cómo se revirtió el síndrome de Alzheimer canino de los animales estudiados. “La demencia se revirtió en más de la mitad de los pacientes caninos, con una mejora clínicamente significativa en el 80 %. Por lo general, la mejora duró alrededor de dos años”, celebran.
Los investigadores defienden su nuevo enfoque como un "rayo de esperanza" para la enfermedad de Alzheimer, tanto en humanos como en animales.
“Nuestro objetivo es tratar la causa de la demencia, es decir, restablecer neuronas y sinapsis perdidas. Para ello, llevamos a cabo un tratamiento que consiste en la microinyección directa de neuroprecursores derivados de la piel, en el hipocampo bilateral, que es el centro de la memoria y la primera zona afectada por la enfermedad”, explican.
Si bien su objetivo terapéutico principal es el Alzheimer, apuntan que su tecnología “también tiene potencial para tratar afecciones neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica y otras similares”.
Debido a los profundos paralelismos entre el cerebro canino y el cerebro humano, y el Alzheimer canino y el Alzheimer humano, “comenzamos este ensayo hace 10 años con la suposición de que, si va a funcionar en humanos, primero debe funcionar en perros. Y los resultados superaron con creces las expectativas”, celebran los autores.
El hipocampo, el centro de la memoria del cerebro, “estaba repleto de neuronas bebé y nuevas sinapsis, precisamente donde entregamos las células. En comparación con los perros no tratados, era como la noche y el día".
Por lo tanto, con un mayor desarrollo de la técnica, “la nueva terapia con células de la piel puede tener potencial para el tratamiento de pacientes con Alzheimer humano y canino”.