La acuicultura, que está experimentando un gran crecimiento en los últimos años, se ha convertido en el sector de producción animal que ofrece mayores oportunidades para los futuros veterinarios, que son profesionales clave para cubrir una parte técnica y científica del sector.
Solo en los últimos cinco años, el sector acuícola español ha aumentado su producción más de un 6 %, hasta superar las 300.000 toneladas al año, lo que le sitúa como primer país productor de la Unión Europea, según datos de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR).
Asimismo, la acuicultura, según destaca la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es una de las herramientas principales a la hora de cubrir una gran parte de las necesidades alimenticias previstas para 2050, por la eficiencia de crecimiento de los organismos acuáticos, entre los que se encuentran los peces, los moluscos y los crustáceos, y el aporte de una proteína de calidad.
Aunque hoy en día existen pocos veterinarios especializados en esta rama, cada vez son más los que se interesan y se forman para trabajar en el sector de la acuicultura. Como en cualquier otra producción animal, los veterinarios desempeñan un papel fundamental como garantes de la sanidad y el bienestar animal.
Además, por su formación, son los profesionales más capacitados para contribuir en la mejora de la producción, además de controlar la seguridad alimentaria. Con su trabajo en la actividad acuícola, los veterinarios garantizan protegiendo la salud y bienestar animal de los animales, así como la protección de la salud de los consumidores mediante el control de posibles zoonosis.
Para ello, entre sus principales labores están la elaboración de planes vacunales, preventivos y de contingencia de enfermedades según las características de cada granja, así como la responsabilidad de diagnóstico y prescripción de tratamientos.