Una proteína que el cuerpo produce naturalmente podría convertirse en un nuevo fármaco de tratamiento basado en la inmunoterapia. Un grupo de investigadores ha estudiado un nuevo enfoque que activa los mecanismos de defensa del cuerpo, sus células T y células natural killer (NK), para atacar y destruir el cáncer.
En el primer ensayo clínico, 21 perros de varias razas que tenían enfermedad pulmonar metastásica como resultado de osteosarcoma o melanoma fueron tratados con proteína interleucina-15 (IL-15). Aunque anteriormente reconocida por sus propiedades de inmunoterapia, la IL-15 se ha sometido a pocos ensayos clínicos en humanos debido a los riesgos de toxicidad asociados con las dosis concentradas.
“Nadie había administrado previamente IL-15 como tratamiento en perros para administrarlo directamente en el punto del cáncer. Se nos ocurrió esa idea como un medio para reducir la exposición en el resto del cuerpo, con el fin de mejorar la relación riesgo-beneficio, mejorar los efectos estimulantes del sistema inmunitario y reducir la toxicidad. En este estudio, usamos interleucina-15 para revitalizar el sistema inmunitario para que reconozca las células cancerosas que habían evadido el sistema inmunitario y las elimine”, explican los autores.
La investigación muestra que las concentraciones amplificadas de IL-15 pueden estimular las defensas del sistema inmunitario contra algunos tipos de cáncer en perros. IL-15 es un tipo de citocinas, sustancias que tienen funciones de señalización y regulación en la actividad del sistema inmunitario.
“Como parte de nuestra investigación de oncología comparativa, somos firmes defensores de los ensayos clínicos en perros de compañía, especialmente para la inmunoterapia, como una forma de acelerar la traslación de laboratorio a paciente. Los cánceres que afectan a los perros, incluidos los sarcomas, los tumores cerebrales, el linfoma y el melanoma, son increíblemente similares a los cánceres que desarrollan los humanos”. Por ejemplo, el osteosarcoma y el melanoma que se desarrollan en otras partes del cuerpo comúnmente se propagan al pulmón, tanto en perros como en humanos.
INHALACIÓN DEL FÁRMACO
En el estudio, realizado entre octubre de 2018 y diciembre de 2020, los perros inhalaron un rocío que contenía IL-15 dos veces al día. Las dosis se aumentaron con el tiempo, para ayudar a determinar no solo la eficacia, sino también los niveles tolerables y los límites máximos por encima de los cuales resultaría la toxicidad. Los perros exhibieron respuestas significativas dentro de los 14 días posteriores a que comenzaron a inhalar la niebla de IL-15.
Los tumores se redujeron drásticamente en dos perros del estudio, incluido uno que entró en remisión completa durante más de un año. El cáncer que había estado creciendo rápidamente en otros cinco perros se estabilizó durante varios meses. “Nuestra tasa de respuesta general, la tasa de beneficio clínico, estuvo cerca del 40 %”, celebran.
“Las respuestas de IL-15 inhaladas que hemos visto en perros son mejores que las de estudios anteriores en humanos, pero se observa un beneficio clínico en menos de la mitad de los perros. El uso de IL-15 en personas ha dado lugar a respuestas inmunitarias potencialmente favorables, pero no ha producido buenas respuestas tumorales. Esto indica que la combinación de IL-15 con otras inmunoterapias puede dar como resultado respuestas aditivas o sinérgicas”, señalan.
RESULTADOS
En su opinión, el estudio arrojó dos hallazgos significativos: la terapia fue bien tolerada e incluso un curso corto de dos semanas de IL-15 inhalado podría conducir a la supresión sostenida del cáncer metastásico avanzado y difuso. En este sentido, señalaron que, en una eventual aplicación clínica, “es probable que la IL-15 no se use como una terapia independiente, sino como un refuerzo en combinación con otros tratamientos”.
Los autores han indicado que todos los pacientes caninos del estudio tenían cáncer metastásico avanzado y la mayoría ya había recibido quimioterapia, radioterapia y, en algunos casos, inmunoterapia. “Actualmente se están realizando estudios para ver si podemos predecir qué pacientes podrían responder a esta terapia según las propiedades del tumor o el estado inmunitario del paciente”.
Esto puede “ayudarnos a identificar a los pacientes que podrían responder a esta terapia, así como ayudarnos a comprender cómo combinar potencialmente otras inmunoterapias para mejorar las tasas de respuesta”.