Se acerca el verano y, con él, los meses más calurosos del año. Si por norma habitual debemos tomar precauciones ante las primeras olas de calor, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya ha alertado de que este verano será más caluroso de lo normal. Por eso es importante recordar que las altas temperaturas pueden afectar de muchas maneras a nuestra salud, pero también a la de las mascotas, que están todavía más expuestas a estas condiciones climáticas.
“El calor puede afectar muy negativamente a nuestras mascotas, siendo uno de los principales motivos de urgencia en esta época”, asegura Paloma Ballester Aguado, veterinaria del Servicio de Urgencias de AniCura Velázquez Hospital Veterinario, en Madrid.
El 14 % de los casos de insolación que se detectan en los perros se clasifican como graves, de los cuales más de la mitad termina falleciendo. “En general, los golpes de calor no deberían ocasionar graves problemas si se actúa rápido y se consiguen estabilizar. Pero si tardamos en poner solución a ello, ponemos en riesgo la vida de nuestra mascota”, comenta Paloma.
¿CÓMO SABER SI ESTÁ SUFRIENDO UN GOLPE DE CALOR?
Los expertos indican que lo primero en lo que hay que fijarse es en la respiración de la mascota. “El jadeo intenso es la forma más visible para percatarnos de que la temperatura corporal del animal está subiendo por encima de lo normal, además de un exceso de sudoración en las almohadillas de sus patas, alteraciones en la salivación o dificultad en sus movimientos”, apuntan.
“Los perros transpiran a través de las almohadillas de sus patas, que están en contacto con un asfalto que en verano puede alcanzar los 70 grados centígrados, y se termoregulan a través del jadeo, lo cual les somete a un mayor riesgo que a los humanos”, indica Paloma.
Uno de los factores que determina el impacto del calor en los perros es su anatomía. Las razas braquicéfalas, como el Bulldog francés, el Bulldog inglés, el Carlino o el Bóxer, entre otros, tienen un paladar blando algo más largo que otras razas y que les dificulta la respiración, que es el principal factor de riesgo ante los golpes de calor.
La veterinaria indica algunas recomendaciones a seguir para evitar estas situaciones: “evitar los paseos en las horas centrales del día, cuando la incidencia del sol es mayor y las temperaturas son más altas; tener siempre agua a mano durante los paseos y hacer paradas para descansar y reponer líquidos; cuidar en especial las almohadillas para el exceso de sudoración y, sobre todo, las quemaduras; y no dejar a las mascotas solas en el coche. Aunque dejemos las ventanillas abiertas, la temperatura en el coche puede ser hasta 5 grados superior que la exterior”.