Investigadores norteamericanos han descubierto un modo de cuantificar los cambios en los perros que se sospecha que sufren deterioro cognitivo. El enfoque no solo podría ayudar a los propietarios a gestionar el cuidado de sus caninos ancianos, sino que también podría servir como modelo para evaluar la progresión del deterioro cognitivo en humanos con la enfermedad de Alzheimer y los tratamientos para estos.
El síndrome de disfunción cognitiva canina es similar a la enfermedad de Alzheimer en humanos, en el sentido de que el deterioro cognitivo está asociado con el desarrollo de placas amiloides, así como con la atrofia cortical, una degeneración progresiva del tejido cerebral. El síndrome de disfunción cognitiva canina también es difícil de diagnosticar. Tradicionalmente, se diagnostica basándose en descartar cualquier condición física obvia y las respuestas del propietario a un cuestionario.
Los autores del estudio querían determinar si la función cognitiva se podía cuantificar con precisión en los perros. “Nuestro objetivo era reunir varias herramientas para obtener una imagen más completa de cómo se presenta síndrome de disfunción cognitiva canina en los perros”, señalan.
Con ese fin, reclutaron 39 perros de 15 razas. Todos ellos estaban en el rango de edad senior y geriátrico, pero en general gozaban de buena salud. Los perros se sometieron a exámenes físicos y ortopédicos, así como a análisis de laboratorio que incluyeron un análisis de sangre que es un marcador de muerte neuronal. Sus dueños completaron dos cuestionarios de diagnóstico de uso común y luego los perros participaron en una serie de pruebas cognitivas diseñadas para evaluar la función ejecutiva, la memoria y la atención.
El equipo descubrió que los resultados de los análisis cognitivos y de sangre se correlacionaban bien con las puntuaciones del cuestionario, lo que sugiere que se puede utilizar un enfoque multidimensional para cuantificar el deterioro cognitivo en los perros que envejecen.
"Ser capaz de diagnosticar y cuantificar el síndrome de disfunción cognitiva canina de una manera que sea clínicamente segura y relevante es un buen primer paso para poder trabajar con perros como modelo para la enfermedad de Alzheimer en humanos". Muchos de los modelos actuales de la enfermedad de Alzheimer, en roedores, por ejemplo, son buenos para comprender los cambios fisiológicos, pero no para probar tratamientos”, explican.
"Estos hallazgos son prometedores tanto para los perros como para los humanos, en términos de mejorar nuestra comprensión de la progresión de la enfermedad, así como para probar posibles tratamientos", concluyen.