La hipertensión es una patología cardiovascular frecuente en las mascotas, ya que puede venir determinada por multitud de enfermedades, tanto de origen cardiaco como de otros sistemas. En el caso de los felinos, puede ser una afección primaria, o estar causada por diversas enfermedades, lo que se denomina hipertensión secundaria. Entre las causas más comunes, destacan la insuficiencia renal crónica o trastornos endocrinos como la diabetes o el hipotiroidismo.
Por su parte, la hipertensión primaria, según señalan expertos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera, es la que aparece sin estar relacionada con otras enfermedades, su causa está en el sistema vascular. Es la más frecuente en las personas, pero rara en los gatos. Los principales factores de riesgo son la edad, la obesidad y la falta de ejercicio.
Asimismo, entre las consecuencias de la hipertensión, los expertos destacan que “ante un aumento moderado de la tensión arterial el animal no suele mostrar signos clínicos atribuidos a la hipertensión, pero si el aumento es alto y se mantiene en el tiempo, los principales órganos afectados son: ojos, corazón, cerebro y riñones”.
Algunas de las consecuencias pueden ser hemorragias intraoculares, degeneración y desprendimiento de retina; sufrir encefalopatía hipertensiva en el cerebro y mayor probabilidad de padecer insuficiencia renal crónica, o de agravarla si ya existiera, entre otros.
LESIONES EN EL FONDO DE OJO EN GATOS HIPERTENSOS
En este sentido, para determinar la prevalencia de anomalías del fondo de ojo en gatos con diagnóstico de hipertensión sistémica, caracterizar las anomalías observadas y evaluar la evolución oftalmoscópica durante el tratamiento con amlodipino, un grupo de investigadores ha publicado recientemente un estudio.
Para llevar a cabo la investigación, se evaluó la hipertensión arterial sistémica y también se estableció su etiología. Todos los gatos recibieron un examen oftalmológico y las lesiones oculares se clasificaron con una puntuación de 0 (sin anomalías) a 4 (anomalías graves). Los felinos recibieron amlodipino por vía oral, y los que mostraron anomalías en el fondo del ojo se volvieron a controlar regularmente entre 7 y 365 días después del diagnóstico. Los datos se analizaron estadísticamente para comparar la eficacia del tratamiento.
En total, 225 gatos se inscribieron en el estudio y la prevalencia de anomalías en el fondo de ojo fue del 58,6 % (21,2 %: grado 1; 18,2 %: grado 2; 36,4 %: grado 3; y 24,2 %: grado 4). La hipertensión sistémica se diagnosticó junto con insuficiencia renal crónica (60,4 %), hipertiroidismo (28,9 %), insuficiencia renal crónica e hipertiroidismo (7,6 %) y miocardiopatía hipertrófica (3,1 %). En cuanto a la efectividad del tratamiento con amlodipino, los autores descubrieron que mejoró las anomalías del fondo de ojo en el 50 % de los casos a los 21 días de seguimiento.
“Este estudio mostró que las anomalías del fondo de ojo son comunes en los gatos hipertensos en el momento del diagnóstico sistémico, y la mayoría de las anomalías son de moderadas a graves”. Por suerte, “el tratamiento con amlodipino pareció mejorar las lesiones oftálmicas con el tiempo”, celebran.