"Hay un gran desconocimiento de los riesgos laborales que sufre el veterinario"

La COVID-19 ha demostrado que es necesario disponer de un sistema de salud y seguridad en el trabajo sólido, siendo decisivo para proteger los entornos de trabajo y salvaguardar la seguridad y salud de las personas trabajadoras. Este 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo, es el momento para fijar las mejores prácticas posibles en el ámbito de la prevención y la salud laboral en el sector veterinario, especialmente en explotaciones ganaderas, donde se han sucedido un gran número de accidentes en los últimos tiempos.

Una de las áreas más afectadas ha sido Galicia, con algunos accidentes mortales. Concretamente, el último ocurrió en Lugo, por ello el Colegio de Veterinarios lucense trabaja en diferentes vías para concienciar sobre la importancia de la prevención de los riesgos laborales en las explotaciones de ganado vacuno, e indicar las medidas preventivas que permitan eliminarlos o reducirlos. Para llevar a cabo esta tarea, se han puesto en contacto con la Xunta de Galicia. Así, desde el Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Galicia (Issga) se ha elaborado un protocolo que se está distribuyendo entre las granjas de vacuno, fundamentalmente, sobre cómo tienen que colaborar los ganaderos para que los veterinarios que vayan a sus explotaciones puedan tener un nivel mínimo de seguridad a nivel de manejo, instalaciones adecuadas, y también como recordatorio de la legislación vigente.

"Hay un gran desconocimiento de los riesgos laborales que sufre el veterinario porque no se valoran las particularidades de la profesión", explica Camino Ferrero Otero, responsable del Departamento Laboral y Social del Colegio de Veterinarios de Lugo en declaraciones a Diario Veterinario.

RIESGOS LABORALES EN EXPLOTACIONES GANADERAS

En este tipo de entornos se pueden encontrar varios riesgos. En primer lugar, la experta destaca los riesgos biológicos, "con la Covid no hay mejor ejemplo, la mayoría de las enfermedades que padecen los animales pueden saltar a los humanos, es lo que llamamos zoonosis".

También existe una exposición a una serie de riesgos físicos, como, por ejemplo, "que el animal golpee al veterinario, una patada, algunas especies que puedan morder, o incluso se puede sufrir el atrapamiento de un brazo en los hierros de las cornadizas, etc". 

Luego están los riesgos ergonómicos: "cuando desempeñas tu trabajo no siempre tienes la postura más adecuada, ya no es solo la instalación, es que tienes que guardar una distancia de seguridad con el animal". El veterinario en el campo está sometido a movimientos forzados, sobreesfuerzos o manipulación de cargas en movimiento, entre otras.

Por otro lado, hay una exposición a riesgos psicosociales, "al final la carga de trabajo elevada genera un riesgo que puede influenciar la fatiga tanto física como mental", subraya la veterinaria del Colegio de Lugo. Otro riesgo importante que sufren los veterinarios que trabajan en entornos de montaña se debe a las condiciones meteorológicas, ya que se pueden encontrar con nieve, hielo, gravilla, hojas en el suelo que cuando empieza a llover resbalan, etc.

COMPROMISO POLÍTICO

"Notamos que hay un compromiso por parte de las instituciones, el Issga ha elaborado el protocolo que se está distribuyendo y ahora estamos dando pequeños pasitos". Asimismo, desde el Colegio de Veterinario de Lugo informan que han elaborado un cuestionario para hacer un estudio epidemiológico, ya que la exposición prolongada a una serie de factores pueden ocasionar en el largo plazo determinadas patologías.

"En veterinarios, salvo las zoonosis y algún asma, no tenemos reconocida ningún tipo de patología que sí que están reconocidas en otros profesionales", lamenta Ferrero. En este sentido, hace referencia a los cirujanos, "quienes tienen reconocidas las hernias discales como enfermedad profesional por estar muchas horas de pie operando, y los veterinarios, que muchas veces también operan durante 4 o 5 horas, no".

"Hay mucho trabajo por hacer", afirma. La experta apunta que el reconocimiento de las enfermedades como tal se tiene que hacer a nivel nacional, "pero desde el Colegio de Lugo se ha tomado la iniciativa de dar este primer paso con el cuestionario". Antes de ello se pusieron en contacto con el resto de colegios de veterinarios de Galicia y todos estuvieron de acuerdo, asegura. Su objetivo es consultarlo posteriormente con el Consejo General de Veterinarios de España y poder elevarlo al Ministerio de Trabajo.

SITUACIÓN EN LAS CLÍNICAS

En las clínicas de pequeños animales también existen la exposición a riesgos biológicos y otro tipos de zoonosis distintas a la de los animales de granja, como puede ser el caso de enfermedades como la sarna. Además, de la misma manera que el veterinario de grandes animales, se expone a riesgos ergonómicos, "el veterinario de pequeñas clínicas también se fuerza en determinadas posiciones como, por ejemplo, a la hora de subir al paciente a la camilla".

Por otro lado, se encuentran con exposición a radiaciones ionizantes provenientes de la sala de rayos o a la exposición de agentes químicos como son los gases inhalatorios.

"Algo importante en los veterinarios de pequeños es que tienen el síndrome de burnout y la fatiga emocional, porque te involucras mucho con los pacientes y lo sufres, hay bastantes riesgos psicosociales, lo que les pasa ahora mucho, es que les calumnian con las reseñas por ejemplo", subraya la profesional. 

De hecho, la profesión veterinaria es una de las profesiones con mayor tasa de suicidio, "realmente los que hacen clínica de pequeños sufren los mismos riesgos psicosociales que los médicos, sobre todo con todo lo de la pandemia".