Se puede encontrar una amplia gama de neoplasias en la piel, tejido subcutáneo y anejos. Los tumores de piel se encuentran entre los tumores caninos más frecuentes sometidos a diagnóstico citológico. Dado que el propietario los visualiza fácilmente, con frecuencia acuden a la clínica para recibir atención veterinaria.
En perros machos y hembras, las neoplasias cutáneas son los tumores más notificados y los segundos más frecuentes, respectivamente.
El diagnóstico de un tumor de piel generalmente comprende la evaluación celular a través de citología o histopatología, posterior clasificación y búsqueda de metástasis para una adecuada estadificación clínica. En la gran mayoría de los casos, el tratamiento de elección para los tumores cutáneos sigue siendo la extirpación quirúrgica. Sin embargo, esta decisión depende del tipo de neoplasia, así como de su grado, estadio y ubicación.
Para conocer la prevalencia de los distintos tumores cutáneos caninos, un laboratorio de patología ha realizado un estudio, entre 2014 y 2020, con el fin de caracterizar y categorizar las localizaciones anatómicas, raza, edad y sexo de los animales afectados, y los diferentes tipos de neoplasias.
A lo largo de 7 años, se diagnosticaron 1.185 casos de tumores cutáneos, clasificándose el 62,9 % como benignos y el 37,1 % como malignos. Los mastocitomas (22,7 %) fueron el tipo de tumor más diagnosticado, seguido de los tumores benignos de tejidos blandos (9,7 %), los tumores de glándulas sebáceas (8,1 %), los tumores vasculares (7,9 %) y los sarcomas de tejido blando (7,6 %).
Concretamente, los mastocitomas se clasificaron en cutáneos (90,7 % de todos los casos), y subcutáneos (7,8 %). También presentaron un mayor número de casos concentrados en perros de mayor edad, y se ubicaron en la región de las extremidades posteriores, abdominales o costales, mayoritariamente. En cuanto a las razas, los perros retriever, mestizos y boxers fueron los más afectados.
Por otra parte, los tumores cutáneos, en general, exhibieron una aparición multicéntrica (14,6 %), seguida de una aparición única en las extremidades posteriores (12,1 %), extremidades anteriores (8,6 %), glúteos (7,1 %), abdominales (6,5 %) y costales (5,2 %).
Asimismo, las probabilidades de desarrollar neoplasia cutánea fueron mayores con el aumento de la edad. En cuanto al sexo, las hembras tenían mayores probabilidades de desarrollar tumores de piel en comparación con los machos. Los perros de raza pura, como grupo, mostraron una probabilidad reducida de desarrollar tumores cutáneos en comparación con perros mestizos.
Ante estos datos, el relevamiento epidemiológico logrado con este estudio “demuestra la frecuencia relativa de diferentes tipos de tumores en esta población en particular”, explican los autores.
Además, “los resultados aquí obtenidos pueden servir como base o referencia beneficiosa para los veterinarios, ayudando en el establecimiento de un diagnóstico preliminar y presuntivo de los tipos de tumores cutáneos caninos”.
TRATAMIENTO ALTERNATIVO FRENTE A LOS MASTOCITOMAS
Dada la elevada incidencia de este tipo de neoplasias, Virbac, junto con Qbiotics, ha lanzado Stelfonta®, una herramienta terapéutica que proporciona a los veterinarios una alternativa a la cirugía para tratar aquellos mastocitomas caninos que por su localización o elección del veterinario no son resecables ni metastásicos, cutáneos y también subcutáneos si se encuentran en el codo, corvejón o distales a ellos.
El fármaco, a base de toglato de tigilanol, se administra intratumoralmente. Es un tratamiento tumoral dirigido que no requiere medicación a largo plazo ni anestesia general. El principio activo, un éster diterpeno se aísla de la Fontainea picrosperma, originaria de la selva australiana. Pero, aunque tenga un origen natural, Stelfonta® no es ni un producto homeopático ni un nutracéutico; se trata de un medicamento.
Con solo un tratamiento, un 75 % de los perros que participaron en los estudios clínicos respondieron con una eliminación completa del tumor y un 88 % consiguieron dicha eliminación con dos tratamientos.