Aún con el claro proceso de feminización que está experimentando la Veterinaria, el personal docente e investigador de las áreas de conocimiento propias de esta carrera universitaria no termina de alinearse con esta tendencia. Es decir, mientras que más del 72 % de los veterinarios menores de 35 años colegiados en España son mujeres, según las cifras oficiales del año 2021 de la Organización Colegial Veterinaria (OCV), la tendencia en cuanto a presencia femenina en el sector de la investigación es sustancialmente inferior.
Victoria Toro, directora de comunicación de la Asociación Española de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), comentaba hace unas semanas en una charla con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que el 52 % de las personas que inician su carrera profesional de investigador en España en el ámbito de la ciencia –incluyendo tecnología y salud– son mujeres, frente a un 48 % de hombres. Las cifras cambian cuando se trata del proceso de posdoctorado, momento en el que se comienzan a igualar, el 50 % mujeres y el 50 % hombres. Así, el siguiente paso al que los profesionales se enfrentan, el contrato como titular, supone ya un punto álgido en la brecha de género, la cifra de mujeres desciende hasta el 44 % y la de los hombres se sitúa en el 56 %.
Según la Estadística de Personal de las Universidades del Instituto Nacional de Estadística (INE), el área de estudios que engloba "agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, y veterinaria", está visiblemente dominado por el sexo masculino: 469 hombres frente a 384 mujeres en el curso 2020-2021. En comparación con los datos del curso 2019-2020, el número de mujeres ha crecido ligeramente respecto a los hombres, 473 hombres y 377 mujeres.
Por otro lado, en lo referente a las áreas más específicas que tienen que ver con las ciencias veterinarias como: Sanidad Animal; Medicina y Cirugía Animal; Producción Animal; Zoología; Nutrición y Bromatología; y Parasitología, se observan datos que confirman esa mayor presencia de hombres en el sector de la investigación.
A este respecto, hay un total de 212 investigadores y profesores en el área de Sanidad Animal; 387 en Medicina y Cirugía Animal; y 321 en Producción Animal; y en todos los casos los hombres superan en número a las mujeres. Así, frente a los 125 hombres que trabajan como investigadores o docentes en Sanidad Animal, hay 87 mujeres. En Medicina y Cirguía Animal, por los 200 hombres que ejercen hay 187 mujeres, y en Producción Animal, los datos recogen 187 hombres frente a 134 investigadoras o profesoras.
Respecto a la ciencia que estudia a los animales, la Zoología, la tendencia es similar. En esta área de conocimiento, la presencia femenina entre el personal docente e investigador es muy inferior a la masculina. En total, hay 139 investigadoras o docentes frente a los 261 hombres contratados por la universidad.
En cuanto al área de la Nutrición y Bromatología, por el contrario, hay casi el doble de mujeres, siendo estas 299 y los hombres 158.
En Parasitología ocurre un fenómeno similar, aunque no tan abrumador, ya que hay 65 mujeres y 59 hombres.
Si observamos los tipos de contrato, el Personal Docente e Investigador en ETC, es decir, en tiempo completo, la presencia masculina también es considerablemente superior: en el área de Medicina y Cirugía Animal hay 127 mujeres y 132 hombres a tiempo completo, este es el caso con la diferencia menos traumática. Sin embargo, si observamos las cifras en Producción Animal, nos encontramos con 152 hombres mientras que solo hay 127 mujeres en esta modalidad, con una diferencia mínima con respecto al curso pasado. En Sanidad Animal nos encontramos con una situación similar: 77 mujeres frente a 100 hombres.
UN 10,9 % DE BRECHA SALARIAL
El Ministerio de Universidades, ANECA y CRUE Igualdad, han presentado el informe "Brecha salarial de género en las universidades públicas españolas". El documento desvela un 10,9 % de brecha salarial entre hombres y mujeres en el sistema universitario público y una brecha en los complementos salariales de un 16,9 %.
Los constituyen la forma a través de la cual se retribuyen los méritos investigadores y de participación en proyectos o actividades de investigación, formación o gestión. Y son estos complementos los que suponen el mecanismo a través del cual se configura la discriminación salarial entre hombres y mujeres, según explican.
A través de un Real Decreto, recientemente se aprobó, como requisito para la creación y reconocimiento de las universidades, el contar con un registro retributivo del conjunto del personal contratado y funcionario, con el objetivo de identificar y combatir la brecha salarial.