"Os comunicamos que estamos preparando un primer viaje, toma de contacto, a final de esta semana, tenemos previsto salir el viernes", así anunciaba el pasado 28 de febrero la protectora de animales Salvando Peludos el viaje que tenían previsto emprender hacia tierras ucranianas. Pocos días más tarde, ponían rumbo a Ucrania en una furgoneta cargada de juguetes, alimentos y medicinas.
"Nosotros, cuando estalló la guerra, inmediatamente pensamos en qué sucedería con tantísimos animalitos que había en ese país, y pensamos que no sería mala idea realizar una expedición con un poquito de ayuda y evaluar cómo se encontraban alrededor de la frontera", cuenta Fernando Sánchez-Ocaña, una de las caras visibles de los miembros de Salvando Peludos que han ido a la frontera con Ucrania, en declaraciones a Diario Veterinario.
Para poder emprender el viaje, ya que no querían depender de terceros, Sánchez-Ocaña explica que se pusieron en contacto con otras fundaciones y asociaciones, como la Fundación Ayuda a los Animales, la Fundación Ochotumbao y la Fundación Oceans Born, y todas ellas "nos permitieron salir".
Una vez tenían su respaldo, se pusieron en contacto con las clínicas veterinarias con las que colaboran en Madrid, y ellas les prepararon una o dos cajas con material, y también laboratorios como Virbac o Stangest, que les suministraron algunos de los materiales que necesitaban. Desde Virbac nos confirmaron recientemente que querían "mostrar nuestra solidaridad y apoyo a los ciudadanos de Ucrania y sus animales, que están viviendo una situación tan dramática. Por ello, hemos enviado productos veterinarios para salvaguardar la salud de los animales afectados".
UN VIAJE DURO CON UNA MISIÓN
La experiencia no ha sido nada sencilla, "el viaje ha sido agotador, tanto el de ida como el de vuelta", afirma. Desde Madrid hasta su primera parada, Przemysl, que es la ciudad de Polonia fronteriza con Ucrania por la que está habiendo una huída masiva de refugiados, hay casi 3.000 km. Una vez allí, visitaron las estaciones de tren, de autobuses, "estaban abarrotadas de gente durmiendo esperando una salida. Muchos de ellos con sus animales, perros, gatos..."
No obstante llevaban sus ideas muy claras, por una parte recopilar información de los animales en distintos puntos fronterizos, "porque se escuchaban muchas cosas, llegaban muchas peticiones de ayuda por Internet y redes sociales, pero realmente desde aquí sentíamos una gran impotencia, queríamos ver la dimensión real y ese era el principal objetivo". Y, además, ayudar en todo lo posible, "ya que vas y vas en una furgoneta, pues llevas tanto alimento como medicación".
El primer día estuvieron ayudando de forma "muy local", repartiendo algunas cosas para animales que les habían donado las distintas empresas, hablando con la gente, entregando alimentos, "juguetes para los críos y para los perritos o gatitos, lo que necesitaran". También entregaron algún alimento específico que era más difícil encontrar allí, latas, collares desparasitadores, etc.
A partir del segundo día ya se pusieron en contacto con protección animal de la frontera. Repartieron donaciones en diferentes puntos, sobre todo con la colaboración de entidades de protección animal, pero también iban repartiendo a todas las personas que se encontraban con sus animales.
Entre sus objetivos estaba poder traerse de vuelta a España a personas con sus mascotas y a los animales que encontraran. "Aquí he de decir, porque mucha gente me pregunta, el que esté planificando ayudar debe buscar otras vías de ayuda", advierte. "Los animales que cruzan la frontera la cruzan con sus propietarios, lo que les supone una dificultad añadida a la hora de poder moverse por Europa". Según explica, "se quedan a veces estancados en buses, campos de refugiados, etc. Hay una necesidad real de trasladar a estas personas con sus mascotas a distintos puntos de Europa".
Por otra parte, confiesa que no han detectado grandes cantidades de animales abandonados, "si tu circulas por la calle, hay muchos animales pero se ve claramente que no son animales abandonados", a lo que añade, "es como si te vas a un pueblo de la España rural, los perritos salen, pero se ven claramente cuidados y en entornos urbanos, allí es un poco distinto, pero más o menos es eso".
DE VUELTA A ESPAÑA
"Nosotros trajimos a una señora, Aina, con sus tres perritos, vivía al lado de Kiev. No encontraba ningún medio de transporte viable", asegura Sánchez-Ocaña, que se refiere a ella como su "compañera de viaje".
También hubo una chica de Ecuador que había huido en avión diplomático al principio del conflicto y dejó sus dos chinchillas, "así que nos pidió que trajéramos a sus chinchillas a España a casa de unos familiares y también hemos podido hacerlo".
La otra forma de ayudar ha sido ir a los albergues de la zona fronteriza, dar ayuda y traer algunos animales por si al abrir corredores se produjera una avalancha y vinieran animales en masa, "pero eso ahora mismo no está pasando", insiste. Ellos, concretamente, recogieron a 6 perros en un albergue en Polonia en Przemysl y otros 6 en un albergue en Michalovce, Eslovaquia. Hay un protocolo, "nadie puede buscar casa de acogida para un perro ucraniano, se viene con sus propietarios y ellos tienen una obligación de declararlo para pasar el protocolo de rabia".
Tras su labor humanitaria en la frontera de Polonia con Ucrania, bajaron hasta Eslovaquia para luego desde Hungría volver a España. "Ha sido muy bonito para nosotros poder ayudar de esta manera", declara.
GRAN PRESENCIA VETERINARIA
"Hay un montón de presencia veterinaria, sobre todo, me gustaría destacar la diferencia entre Polonia y Eslovaquia", subraya.
"En Polonia hay mucha presencia de todo", añade. Estuvieron en la Fundación Ada, un sitio con más de 50 años de historia, formado por veterinarios, "tienen quirófanos y de todo, recogen animales y ellos ayudan a pasar ese protocolo con animales Ucranianos. Tienen además autorización para pasar en convoy la frontera cada dos días y trabajan con muchas donaciones". "Luego vimos ambulancias veterinarias, 4 o 5, pero donde hemos visto mucha precariedad es en Eslovaquia", al hacer referencia a la escasez de recursos que detectaron.