Durante la COVID-19, la demanda de profesionales en centros veterinarios aumentó debido a varios factores, como a la implementación de citas extras en los turnos de trabajo para realizar las consultas, la disminución de la productividad de los trabajadores, la escasez de personal relacionada con la pandemia y la adaptación de los métodos de atención al cliente.
Sobre este aspecto, se han realizado investigaciones para evaluar el efecto de la pandemia de COVID-19 en varios trabajadores de la salud humana, pero falta información sobre el personal de los centros veterinarios. En este sentido, un estudio ha evaluado cómo ha afectado la COVID-19 a los auxiliares veterinarios a lo largo de los principales meses de la pandemia.
En medicina veterinaria, los técnicos veterinarios, también conocidos como enfermeros veterinarios o auxiliares veterinarios, a menudo se les asigna el "trabajo duro", trabajan muchas horas y experimentan fatiga por compasión. Estos factores contribuyen a una alta tasa de agotamiento de la profesión de auxiliar veterinario, que pudo haberse incrementado durante la pandemia.
Para llevar a cabo la investigación, los autores difundieron un cuestionario especialmente diseñado para tal fin. La difusión se realizó a través de distintas plataformas, como redes sociales o asociaciones veterinarias. Se obtuvieron un total de 1.132 encuestas completadas y aptas para el estudio.
La sección 1 de la encuesta constaba de 17 preguntas que incluían datos demográficos personales y profesionales. La sección 2 contenía 14 preguntas relacionadas con las experiencias profesionales de los profesionales veterinarios durante la COVID-19. La sección 3 tenía 4 preguntas relacionadas con las operaciones diarias de una clínica veterinaria, cómo han cambiado durante la pandemia de COVID-19 y cómo ha afectado este cambio a los trabajadores veterinarios.
Los datos de los encuestados revelaron que la inmensa mayoría de los auxiliares era mujeres (97 %) y en su mayoría empleados a tiempo completo (87 %) en una clínica de animales de compañía (61 %).
La mayoría informaron que la COVID-19 tuvo un gran efecto (45 %) o dominó por completo el trabajo (12 %) en su clínica. Si bien el 52 % de los encuestados sintió que se apreciaban sus esfuerzos durante la COVID-19, solo el 43 % estuvo de acuerdo o muy de acuerdo en que su horario era justo.
Por otra parte, la disponibilidad del personal de apoyo fue adecuada para el 42 % de los participantes y el equipo de protección individual fue el correcto para el 60 %. Los mayores desafíos profesionales fueron el peor trato por parte de los dueños de animales y la dificultad para comunicarse con los clientes, 53 y 16 % de los encuestados, respectivamente.
Ante estos datos, los autores explican que “ha habido pocos esfuerzos para documentar el entorno profesional experimentado por los auxiliares veterinarios durante la COVID-19. Esto es fundamental, ya que los datos previos a la pandemia indican que los técnicos veterinarios tienen un alto riesgo de agotamiento profesional y COVID-19 impuso cargas adicionales a los trabajadores esenciales”.