El virus del Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRSV) es uno de los patógenos más peligrosos para el sector porcino. Además de afectar al sistema reproductivo en cerdas reproductoras y al tracto respiratorio en animales jóvenes, suele estar asociado a otras enfermedades secundarias, por lo que se ha convertido en el problema de salud que más pérdidas económicas genera en la industria porcina a nivel mundial.
Un nuevo estudio desarrollado por el grupo de Anatomía Patológica Animal de la Universidad de Córdoba (UCO), dirigido por el investigador Librado Carrasco, ha conseguido identificar el papel de tres moléculas clave en la defensa inmunitaria frente a este patógeno en tres órganos diana del cerdo: el pulmón, el timo y el nódulo linfático traqueobronquial. Precisamente, tres órganos fundamentales en el desencadenamiento de la respuesta inmune y en los que más se replica el virus una vez entra en contacto con el organismo.
Para ello, el trabajo de investigación ha analizado estos órganos de 70 cerdos en tres grupos diferenciados, uno de ellos no infectado por este patógeno, que funciona como grupo de control, y otros dos grupos infectados con dos cepas de distinta virulencia del virus. Concretamente, el estudio se ha centrado en lo que se conoce como 'factores de transcripción', moléculas que regulan la diferenciación de las células que intervienen en el sistema inmune.
En este sentido, tal y como subraya la investigadora Inés Ruedas-Torres, una de las autoras principales del estudio, los resultados indican que tres de estas moléculas (denominadas T-BET, FOXP3y EOMES) se expresan con mayor intensidad y de forma más temprana en la cepa analizada de mayor virulencia.
LA RESPUESTA INMUNE: UN EQUILIBRIO ENTRE VARIOS FACTORES
"La defensa inmunitaria no se basa en una única respuesta, sino en una suma entre varios elementos", destaca Irene Rodríguez-Gómez, otra de las investigadoras que ha participado en el trabajo. En esta línea, tal y como refleja el estudio, cada una de estas tres proteínas que la investigación ha revelado como fundamentales en la respuesta inmune juega un papel diferente en la defensa del organismo. Mientras que la primera de las tres moléculas analizadas (T-BET) está relacionada con la activación de los macrófagos que fagocitan el virus, la segunda (FOXP3) evita, entre otras funciones, que la respuesta inflamatoria del organismo infectado sea demasiado intensa. Por su parte, la tercera molécula (EOMES) se encarga de la activación de unos linfocitos encargados de inducir la muerte de las células infectadas por el virus.
"Al margen de que este estudio analiza una serie de aspectos relacionados con la ciencia básica", explica Jaime Gómez-Laguna, otro de los autores implicados en la investigación, "estos resultados nos permiten identificar factores clave en la inmunopatología de esta enfermedad para seguir estudiándolos con más detalle y desarrollar en el futuro determinadas estrategias".
En la actualidad, existen varios tipos de vacunas a nivel comercial frente al PRRSV, pero ninguna de ellas, subraya el investigador, evita infecciones secundarias u ofrece una protección completa debido a la alta mutación del virus. El objetivo, por tanto, a largo plazo, es desarrollar nuevos candidatos vacunales que ofrezcan inmunidad total frente a las diferentes cepas del patógeno.