Escherichia coli son los bacilos gramnegativos anaerobios facultativos más numerosos en el tracto gastrointestinal de los mamíferos y, como muchos comensales, son potencialmente patógenos. Por otra parte, E. coli gastrointestinal también puede actuar como reservorio de genes de resistencia a los antimicrobianos (RAM) para variantes patógenas u otras bacterias mediante transferencia horizontal en elementos genéticos móviles, como plásmidos.
Por su parte, la salmonela es una causa importante de gastroenteritis inflamatoria en las personas. La enfermedad humana asociada con la salmonela suele atribuirse a la contaminación cruzada en la cocina por la carne cruda o el consumo de carne cocinada inadecuadamente.
En lo referente a la alimentación animal, dado que las dietas a base de carne cruda están ganando popularidad, han investigado la prevalencia de E. coli resistente a antibióticos y el patógeno entérico Salmonella spp. en las heces de perros alimentados con dietas crudas o no crudas. Los autores también se propusieron determinar los factores de riesgo asociados con dicha alimentación, ya que la presencia de estas bacterias puede suponer un riesgo para la salud de la mascota y sus dueños.
Para llevar a cabo el estudio, se recogieron 190 muestras fecales de perros de 140 hogares de todo Reino Unido, 114 de alimentados sin procesar y 76 sin alimentación cruda.
TIPOS DE DIETA
Explorando las razones esgrimidas por los propietarios para elegir una dieta cruda, el motivo más común fueron los anuncios (28 %), los amigos (26 %), y la presencia de dermatitis en el perro (11 %). Por otra parte, las razones para elegir una dieta sin carne cruda fueron amigos (29 %), consejos veterinarios (24 %) y consejos de criadores (22 %)
En cuanto a las percepciones de los propietarios sobre el impacto de la dieta sobre los animales, los propietarios que alimentaban con alimentos crudos percibieron mejoras en la consistencia de las heces de sus perros (83 %), la higiene bucal y el aliento (65 %), y el comportamiento (39 %), en comparación con una dieta sin alimentos crudos.
Los propietarios que alimentaban a los perros con una dieta no cruda percibieron una mejora en la calidad del pelaje de su perro (51 %), la consistencia de las heces (41 %) y la higiene bucal y/o el aliento (16 %).
En cuanto al tipo de alimentación, la mayoría de los propietarios que alimentaban con comida cruda, reportaron alimentar con pollo (86 %), carne roja (86 %) y vísceras (83,3 %), pero también huesos (19,3%), sobras de la cocina (14,9 %) o embutidos, por ejemplo, orejas de cerdo.
BACTERIAS RESISTENTES A ANTIBIÓTICOS EN LAS HECES
Tras llevar a cabo al análisis de las muestras, se detectaron especies de Salmonella. spp en el 4 % de todos los perros (8/190), todos ellos alimentados con alimentos crudos. Asimismo, se detectó E. coli RAM (resistente a al menos un antimicrobiano probado) en el 40 % (75/190) y E. coli MDR (resistencia a tres o más clases de antibióticos) en el 16 % (31/190) de los perros.
Ante estos datos, los autores explican que “la resistencia a los antimicrobianos fue significativa en los perros alimentados con alimentos crudos, en comparación con los perros alimentados sin alimentos crudos”. Además, se detectó resistencia a cuatro clases de antibióticos en un pequeño número de perros (4), todos los cuales eran alimentados con comida cruda.
Tras obtener estos resultados, los investigadores apuntan que “los perros alimentados con una dieta de carne cruda tenían una mayor prevalencia general de salmonela fecal y E. Coli RAM y MDR que los perros alimentados con dietas sin carne cruda”.
Por ello, consideran que “se deben implementar estrategias para aumentar la conciencia de los dueños de mascotas sobre los riesgos que implica alimentar a sus perros con carne cruda y, por lo tanto, reducir cualquier riesgo potencial para ellos, su familia y sus mascotas”.
“El estudio actual proporciona evidencia que puede usarse para educar a los propietarios sobre los riesgos de alimentar a los perros con dietas de carne cruda”, remarcan.