Nuevo estudio apunta que el SARS-CoV-2 pudo originarse en los murciélagos

Estudios anteriores han sugerido que es probable que el SARS-CoV-2 provenga de murciélagos insectívoros, dada su proximidad genómica con varios coronavirus de murciélago. Pero hasta ahora ningún coronavirus en murciélagos había presentado un dominio de unión al receptor que reconozca efectivamente el receptor en las células humanas, como el dominio de unión al receptor identificado en el SARS-CoV-2. Para identificar la existencia de coronavirus animales relacionados con el SARS-CoV-2 en el entorno natural, un equipo de científicos del Instituto Pasteur y la Universidad Nacional de Laos se propusieron arrojar luz sobre la evolución del SARS-CoV-2 y explorar la posible presencia de coronavirus relacionados con el SARS-CoV-2 en el entorno natural mediante la realización de una misión de campo en el norte de Laos sobre varias especies de murciélagos que viven en cuevas de piedra caliza.

Los científicos tomaron muestras de los murciélagos y luego secuenciaron los genomas de los virus descubiertos. Identificaron tres virus en particular (BANAL-103, BANAL-236 y BANAL-52) con similitudes genómicas con el SARS-CoV-2, especialmente en un dominio clave de la proteína espiga que permite que el virus se una a las células huésped. Utilizando medidas de afinidad directa, cristalografía y simulaciones computacionales de dinámica molecular, los científicos demostraron que la afinidad de estos tres coronavirus de murciélago por el receptor ACE2 humano es similar a la del virus SARS-CoV-2, y que también pueden ingresar células humanas a través del mismo receptor.

Pero los científicos demostraron que los virus no tienen un sitio de escisión de furina, como se encuentra en el SARS-CoV-2. La furina es una proteasa que escinde la proteína espiga, lo que permite que la membrana del virus se fusione con la membrana celular humana. Este sitio de escisión juega un papel clave en la mediación de la entrada viral en las células epiteliales respiratorias.

“La existencia de estos virus descubiertos en el reservorio animal de murciélagos respalda la teoría de que el SARS-CoV-2 pudo originarse en los murciélagos que viven en las vastas tierras altas kársticas de la península de Indochina, que se extiende a lo largo de Laos, Vietnam y China. Nuestros resultados sugieren que otros virus relacionados podrían representar un riesgo para la salud humana”, explica Marc Eloit, jefe del laboratorio Pathogen Discovery en el Instituto Pasteur y profesor de virología en la Escuela Nacional de Veterinaria de Alfort.

La identificación de estos nuevos coronavirus abre nuevas vías para la investigación de las interacciones huésped-virus y podría mejorar la comprensión de los factores que llevaron a la aparición del virus SARS-CoV-2.

Estos hallazgos se publicaron como preimpresión antes de la revisión por pares con miras a su futura publicación en una revista científica.