Un estudio en perros con sobrepeso alimentados con una dieta baja en calorías, alta en proteínas y alta en fibra durante 24 semanas encontró que la composición corporal de los animales, y los marcadores inflamatorios, cambiaron con el tiempo de manera paralela a los cambios positivos observados en humanos con dietas similares.
“Los perros lograron un peso más saludable sin perder demasiada masa muscular, y sus triglicéridos séricos, insulina y marcadores inflamatorios disminuyeron con la pérdida de peso. Todos esos cambios son beneficiosos”, ha comentado Kelly Swanson, profesora de ciencias animales de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, quien dirigió la investigación.
Swanson también señaló que estudios anteriores “han demostrado que el sobrepeso y la obesidad conducen a una esperanza de vida más corta y una calidad de vida más baja en perros y humanos”.
Algunos de los problemas que ocurren en los humanos con obesidad también ocurren en los perros. Por ejemplo, “hay estrés adicional en las articulaciones, hay intolerancia al ejercicio y al calor; también hay intolerancia a la glucosa, y resistencia a la insulina”.
CAMBIOS EN EL MICROBIOMA
Asimismo, el estudio también tuvo como objetivo medir los cambios en la microbiota fecal de los perros en el transcurso de la pérdida de peso.
Aunque existen similitudes en el metabolismo y los procesos digestivos de los perros y los humanos, los perros y los humanos difieren en las especies de microbios que habitan en el intestino. Sin embargo, estos microbios realizan funciones similares. “Metabolizan proteínas, carbohidratos y otras moléculas que se derivan de los alimentos, pero escapan a la digestión del huésped; y descomponen la fibra para producir ácidos grasos de cadena corta que son importantes para regular la glucosa y el apetito, reducir la inflamación, reforzar el sistema inmunológico y proporcionar energía a las células del colon”, explica la experta.
Algunos de los cambios microbianos observados en los perros “fueron difíciles de interpretar, pero una reducción en el amoníaco fecal, probablemente fue beneficiosa, ya que las altas concentraciones de amoníaco son tóxicas".
Los perros que perdieron peso también tuvieron aumentos en la proporción de bacterias del género Allobaculum. Las poblaciones más altas de Allobaculum se correlacionaron con un aumento en el butirato fecal, un ácido graso de cadena corta que es un subproducto de la fermentación de la fibra dietética. Estudios anteriores han demostrado que el butirato tiene efectos antiinflamatorios y anticancerígenos en el intestino.
Sin embargo, las concentraciones totales de ácidos grasos de cadena corta no cambiaron con el tiempo. Esto puede reflejar el hecho de que la mayoría de estos ácidos orgánicos se absorben y no se excretan, informan los investigadores.
La mayoría de los estudios sobre la microbiota intestinal se centran en los humanos, “por lo que la nueva investigación ofrece información sobre las similitudes y diferencias entre perros y humanos, y cómo responden a los cambios en la dieta y la pérdida de peso. Se necesitará más investigación para aclarar los hallazgos”, concluye Swanson.
IMPORTANCIA DE LAS FIBRAS EN LOS PIENSOS
Hill's Pet Nutrition, consciente de la importancia del microbioma intestinal en los procesos digestivos, ha llevado a cabo una investigación en la que se destaca el beneficio de la fibra prebiótica.
En base a dichas investigaciones, Hill’s ha comprendido cómo las distintas fuentes de fibra actúan sobre el tracto gastrointestinal y ha desarrollado ActivBiome+, “una combinación patentada de fibras prebióticas que actúan de forma sinérgica nutriendo a las bacterias presentes en el intestino grueso de cada mascota, promoviendo el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas”.
Con la incorporación de esta tecnología revolucionaria y clínicamente probada a una amplia gama de productos, Hill’s sigue apostando por la innovación y por la mejora de sus fórmulas para proporcionar a perros y gatos un mejor mantenimiento de la salud gastrointestinal.