Tras las desafortunadas declaraciones de D. Alberto Garzón Espinosa, ministro de Consumo del Gobierno de España, en el periódico británico de “The Guardian”, me veo en la obligación de responder a las mismas, dada mi condición de presidente del Colegio de Veterinarios de Cáceres, en defensa de la profesión Veterinaria y en particular de los colegiados de nuestra Corporación, así como también de los empresarios de la Ganadería, con los que compartimos tiempo y dedicación pues nos une el mutuo interés por los animales.
Ante los efectos negativos que puede causar a la profesión veterinaria las palabras del ministro al considerar como algo generalizado unas actuaciones que están fuera de la norma; me gustaría dar un paso adelante en defensa de la reputación y el trabajo de nuestros colectivos y su siempre implicado respeto y compromiso con la legalidad, pues somos plenamente conscientes de que la nuestra es una actividad que repercute directamente sobre la salud pública, la biodiversidad de nuestro entorno y asimismo sustenta la economía, cuanto menos, de pequeñas y medianas poblaciones.
Ante la aseveración de que “España exporta carne de mala calidad y de animales maltratados”, “En España no se respeta el bienestar animal” y “Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, 5.000 y 10.000 animales. Contaminan el suelo, agua, y luego exportan carne de mala calidad de esos animales maltratados” no puedo por menos que condenar dichas declaraciones por las falsedades que las mismas conllevan, así como por los irreparables daños que éstas causan a la profesión Veterinaria.
No se puede generalizar en una crítica insultante -carente, además, del más mínimo fundamento y rigor científico- con respecto a una supuesta baja calidad en la producción de carne en España, cuando este país cuenta con unos de los mejores niveles de bienestar animal, ampliamente legislado para diferentes tipos de producciones. España produce carne con estándares de calidad muy altos, no sólo superiores a los marcados por la Unión Europea, sino muy por encima de los que está obligada a cumplir.
Asimismo, en Extremadura las exigencias europeas son superadas con creces, tanto en ganado vacuno como en ovino y caprino, produciendo una carne de óptima calidad y cumpliendo hasta la última de las exigencias respecto a las condiciones de bienestar animal, teniendo la consideración de producciones altamente ecológicas, sostenibles con el medio ambiente y que permiten por ello el sostenimiento de uno de los sistemas de producción mejor ponderados del mundo como es la dehesa extremeña.
Este sistema de la dehesa extremeña es calificado como paraíso ecológico en donde diferentes especies ganaderas y fauna silvestre encuentran un refugio completamente natural, considerado como un sistema agroforestal que permite una explotación equilibrada, nunca abusiva, de los recursos (que en su totalidad son naturales) e idónea desde el punto de vista del bienestar animal.
Qué más puede decirse si en Extremadura se encuentra el mejor cerdo ibérico que nos da un jamón ibérico de bellota que ocupa la élite mundial en cuanto a calidad, un producto sujeto a los más estrictos controles para certificar así un resultado contrastado y distinguido en cualquier lugar del mundo.
Por todo ello, el Colegio Profesional de Veterinarios de Cáceres en forma de comunicado manifiesta estas consideraciones respecto a las declaraciones vertidas por el ministro de Consumo, declaraciones carentes de la veracidad y la objetividad que han de presidir la labor de un Ministerio del Gobierno de España, y que, además, contienen unos datos inciertos que en modo alguno han debido de provenir de profesionales cualificados y con conocimientos técnicos para poder facilitarlos. Sr. ministro: Por favor, no se permita insultar.