Medidas de control de Mycoplasma bovis en explotaciones ganaderas

Mycoplasma bovis es una pequeña bacteria que pertenece al grupo de las micoplasmas. Es una de las principales causas de infecciones respiratorias bovinas en todo el mundo y también puede provocar síntomas como infecciones en las ubres y la artritis.

La primera infección de Finlandia por Mycoplasma bovis se diagnosticó hace nueve años, cuando se encontró en una muestra de infección respiratoria tomada en una granja de terneros. Poco después, la bacteria también se encontró en una granja lechera. El tratamiento contra Mycoplasma bovis ha resultado difícil porque la bacteria es resistente a varios antibióticos. Además, la bacteria se transmite de una explotación a otra principalmente a través de animales asintomáticos portadores de la enfermedad.

Vera Talvitie, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Helsinki, ha realizado un estudio en el que analiza distintos aspectos relacionados con la enfermedad. Por ejemplo, demuestra que la infección por la bacteria se puede extender a través del semen utilizado en inseminación artificial.

Por ello, “garantizar la disponibilidad de semen libre de M. bovis sería, por tanto, una parte importante de la lucha contra la enfermedad. Esto es especialmente cierto en países donde la bacteria aún no está presente o su presencia aún no es muy común. Sin embargo, debido a los desafíos del diagnóstico y la escasa efectividad de los antibióticos, esto no es muy simple”, explica Talvitie.

Del mismo modo, la autora también ha observado más neumonías y pleuresías en animales de granjas positivas a M. bovis que en animales de granjas de control.

A este respecto, “los cambios pulmonares individuales en una pequeña explotación pueden no diferenciarse en las estadísticas de mataderos. Por tanto, es importante que los productores y los veterinarios de las explotaciones tengan fácil acceso a los pulmones que han sido rechazados en el matadero y conocer las razones de su rechazo”.

En cuanto a las medidas recomendadas en Finlandia para las granjas lecheras positivas a M. bovis para controlar la infección incluyen, por ejemplo, la eliminación de las vacas positivas a mastitis causadas por la bacteria, la cría de terneros por separado de los animales más viejos, y el examen de rutina de muestras de leche por PCR.

La autora también ha estudiado si las medidas tomadas por las granjas ayudan a controlar la infección. Señala que “durante el período de seguimiento de mi estudio, en 13 de las 19 granjas no se encontró la bacteria en tres muestras consecutivas de moco nasal de terneros tomadas aproximadamente cada seis meses, ni en muestras individuales, ni en muestras de tanques de leche”.