El virus del Nilo Occidental se transmite a los humanos a través de mosquitos, pero las aves sirven como amplificadores clave del virus en la naturaleza, manteniéndolo circulando en las poblaciones locales de mosquitos.
Ahora, investigadores estadounidenses han encontrado evidencias de que agregar ivermectina a los comederos de aves tiene potencial para reducir la transmisión local del virus del Nilo Occidental.
Brian Foy, experto en virus del Nilo Occidental e ivermectina, colaboró en la investigación con la científica Karen Holcomb y Chris Barker. Chilinh Nguyen, becaria postdoctoral en el laboratorio de Foy, es coautora de este estudio. Su disertación se centró en el desarrollo de piensos para pájaros tratados con ivermectina para controlar la transmisión del virus del Nilo Occidental al atacar a los mosquitos.
“Descubrimos que el uso generalizado de ivermectina en los comederos para pájaros de los patios traseros podría reducir la transmisión del virus del Nilo Occidental en el vecindario en aproximadamente un 60 %”, celebra la autora principal Karen Holcomb. "Eso se debe a que una dosis baja de ivermectina es inofensiva para las aves, pero se les mete en la sangre y puede ser letal para los mosquitos que se alimentan de ellas".
Holcomb indicó que el hallazgo podría ayudar a prevenir o controlar brotes locales como el que llevó a sufrir más de 800 casos en Arizona a principios de este año y mató a 67 personas.
La enfermedad, a menudo causa miles de infecciones cada año, e incluso las personas que tienen pocos síntomas del virus pueden experimentar problemas neurológicos a largo plazo. No existen medicamentos para curar una infección ni vacunas para humanos para prevenir la enfermedad.
AVES CANDIDATAS PARA EL ESTUDIO
Foy dirige un equipo de científicos internacionales que estudian el uso de la ivermectina para reducir los casos de malaria en varias aldeas de Burkina Faso. El equipo descubrió que pudieron reducir los casos de malaria en niños menores de cinco años en varias aldeas de Burkina Faso en un 20 % usando ivermectina.
Durante los últimos años, Foy también ha estado estudiando posibles formas de reducir la transmisión del virus del Nilo Occidental en Fort Collins, Colorado, mediante el uso de semillas para pájaros tratadas con ivermectina.
Para este nuevo estudio ayudó al equipo de investigación a identificar especies de aves que cumplen con cuatro criterios clave.
Entre los aspectos necesarios a cumplir por las aves, están que hagan viajes frecuentes a los comederos para pájaros, dormir por la noche en áreas cercanas a comederos para pájaros, ser picados con frecuencia por mosquitos vectores del virus del Nilo Occidental y estar presentes en grandes cantidades en los barrios suburbanos de los EEUU.
Al marcar las aves y usar cámaras para monitorear los comederos, los investigadores determinaron que ofrecer una amplia gama de alimento común para estas aves, mezclado con ivermectina podría producir una fuerte caída en las infecciones locales por el virus del Nilo Occidental.
Holcomb y equipo, inicialmente usaron los pollos de las aves para probar si la mezcla de ivermectina en la alimentación de las aves podría tener un impacto lo suficientemente grande en las poblaciones de mosquitos como para afectar la transmisión del virus del Nilo Occidental. El equipo encontró evidencia de un aumento de la mortalidad en las poblaciones de mosquitos que se alimentaron de los pollos tratados y una reducción de las infecciones virales en los pollos que comieron el pienso para pájaros con ivermectina en comparación con los que no lo hicieron.
Con base en los resultados positivos de este trabajo, luego pasaron a evaluar su impacto potencial con las aves silvestres que son visitantes habituales de los comederos de aves.
IVERMECTINA Y COVID-19
Foy ha explicado que un interés erróneo en el uso de ivermectina para COVID-19 podría desviar los suministros necesarios para los usos probados o potenciales, como la lucha contra la malaria y el virus del Nilo Occidental. “He tenido dificultades para encontrar suficiente ivermectina para el trabajo, y lo que está encontrando parece ser de menor calidad”.
“Entiendo que, al comienzo de la pandemia, cuando no teníamos nada, era válido al menos considerar un medicamento como la ivermectina porque había alguna evidencia de propiedades antivirales generales. Pero tenemos vacunas y un número creciente de tratamientos probados, sin embargo, la demanda de ivermectina, que hasta ahora no ha demostrado ningún beneficio para tratar COVID-19, parece estar creciendo".
VIRUS EN ESPAÑA
En España se conoce la circulación del virus del Nilo Occidental (VNO) desde hace dos décadas y se realiza vigilancia en animales desde 2001 y en humanos desde 2007. Hasta 2019 sólo se habían detectado 6 casos esporádicos en humanos. En 2020 se detectó un aumento de la incidencia sin precedentes: 77 casos humanos (56 Sevilla, 15 Cádiz, 6 Badajoz), de los que el 97 % presentaron cuadro de meningoencefalitis y 8 de ellos fallecieron. En las zonas más afectadas se intensificaron las medidas de salud pública, incluyendo las actividades de vigilancia de mosquitos y control vectorial.
Durante 2021 también se han ido sucediendo varios casos.