Uno de los legados que puede haber dejado la pandemia provocada por la COVID-19 es un mayor número de investigaciones sobre la virología de la vida silvestre y otros patógenos con el objetivo de predecir el comienzo de una próxima pandemia zoonótica.
Recientemente se han publicado dos nuevos estudios. El primer artículo propone un marco científico en red para comprender y predecir la susceptibilidad de las personas y los animales a las infecciones virales. El segundo estudio explora cuestiones éticas y prácticas sobre cómo se pueden utilizar las tecnologías futuras para predecir los riesgos zoonóticos.
Este primer artículo revisa los modelos utilizados para predecir las epidemias causadas por virus que hayan saltado de animales a humanos. El estudio señala que después de que un nuevo virus penetra en un ser humano, las herramientas para prevenir una pandemia recaen en los esfuerzos de diagnóstico y vigilancia, y el acceso a la atención médica. Por lo tanto, las herramientas preventivas deben desarrollarse antes de que se manifiesten los efectos del contagio de la enfermedad.
Para su elaboración, el equipo creó una base de datos de modelos de virus huésped que recoge la última década de estudios de modelos predictivos de riesgo zoonótico. Pero la mayor limitación del uso de modelos para predecir el riesgo de epidemia zoonótica es la falta de datos derivados de que el descubrimiento viral está en sus inicios. Sobre ello, los investigadores indican que solo se ha descubierto alrededor del 1 % de los virus de los mamíferos, un número que disminuye aún más para todos los demás vertebrados.
En el segundo artículo, escrito en gran parte por el mismo grupo de colaboradores, los autores centran su atención en las tecnologías futuras que pueden desarrollarse para predecir los riesgos zoonóticos. Definen el término “tecnologías de riesgo zoonótico” como un grupo de enfoques para identificar virus que potencialmente podrían convertirse en zoonóticos. Según el estudio, los investigadores probablemente utilizarán el "machine learning" y otras tecnologías infomáticas para clasificar cantidades masivas de datos zoonóticos en busca de pistas sobre qué patógenos de la vida silvestre pueden representar una amenaza futura para las personas.
Estas tecnologías tienden a asumir que las zoonosis futuras o no detectadas son más similares a las que se han extendido, antes que a los virus que no lo han hecho. Sin embargo, los autores predicen que, con el tiempo, los enfoques genómicos probablemente irán más allá de la identificación de patógenos silvestres genéticamente similares con potencial pandémico y comenzarán a predecir qué virus son compatibles con las células humanas. Pero incluso este enfoque puede verse limitado por la falta de datos, "solo hay un centenar de zoonosis conocidas que podrían resultar limitantes".
También exploran cómo el auge de las tecnologías de riesgo zoonótico exige un examen detenido de las cuestiones sobre cómo se deben desarrollar y aplicar estas técnicas. Otras cuestiones a considerar son el efecto de estas tecnologías en la salud global, quién las controla y accede a ellas, quién se beneficia de ellas, si pueden mejorar la prevención de una pandemia y si pueden crear desafíos nuevos o imprevistos.
Las predicciones hechas por tecnologías computacionales de riesgo zoonótico también deberían ser probadas en un laboratorio en el mundo real. Los datos experimentales podrían usarse para investigar las barreras a nivel molecular que puedan determinar una emergencia zoonótica. Pero los autores reconocen que el simple hecho de conocer el potencial de una zoonosis no siempre es suficiente para influir en las consecuencias sobre la salud pública debido a las barreras propias del proceso.
NUEVA FORMA DE INJUSTICIA SOCIAL
Sobre la reflexión que realizan acerca de las desventajas de las tecnologías de riesgo zoonótico, destacan varias conclusiones. Por ejemplo, que a menos que los beneficios de las nuevas tecnologías sanitarias o de riesgo zoonótico se compartan por igual, esto podría conducir al desarrollo de una nueva forma de injusticia social. "Estas herramientas se podrían utilizar para crear nuevas secuencias virales o incluso virus sintéticos con un alto potencial de sembrar epidemias o pandemias", apuntan.
Además, la mayoría de los virus con potencial zoonótico residen en países tropicales; sin embargo, es más probable que los investigadores de América del Norte y Europa se beneficien de las tecnologías de riesgo zoonótico a través del avance profesional. Además, la escasez de datos es un gran factor limitante. Los autores reconocen que una mayor capacidad de predicción no equivale a mayor prevención. Los modelos nunca representarán o predecirán perfectamente la realidad y, a medida que este campo crece, las limitaciones y los riesgos de sus hallazgos deben comunicarse con cuidado.
A medida que continúe el cambio climático, los investigadores predicen que habrá más casos de derrames zoonóticos. Y a medida que los investigadores comprendan mejor los procesos y la dinámica que conducen a los efectos de contagio, la transmisión de persona a persona, las epidemias y las pandemias, el campo de la tecnología de riesgo zoonótico seguramente crecerá.