El ameloblastoma acantomatoso canino (CAA, por sus siglas en inglés) es un tumor común pero no letal, y tiene un gran parecido con otro tumor oral raro en humanos, conocido como ameloblastoma (AM). Como dentista veterinario y cirujano oral, el profesor asociado de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell Santiago Peralta trata muchos casos de CAA en su clínica. En un estudio reciente que aparece en Scientific Reports, Peralta, junto con la Universidad de Cornell y sus compañeros internacionales, comparó los perfiles de expresión genética de este tumor canino y su paralelo humano, sentando las bases para una posible medicina traslacional en el futuro.
“Esta investigación fue un buen ejemplo de un ciclo completo de investigación traslacional utilizando un enfoque multidisciplinario”, explica Peralta. "Tomamos algo con lo que estábamos tratando en el entorno clínico, lo estudiamos en el entorno de laboratorio, y ahora esperamos usarlo para ayudar a los pacientes veterinarios y, potencialmente, a los humanos".
Los científicos y médicos habían observado durante mucho tiempo el parecido entre CAA y AM, pero no se había confirmado ninguna similitud molecular. Un estudio anterior sobre tumores AM reveló las mutaciones subyacentes, lo que despertó el interés de los investigadores.
Así, encontraron que los tumores caninos y humanos eran muy similares a nivel molecular, lo que refuerza la idea de que los perros representan un modelo natural potencialmente útil del tumor humano. Un estudio pasado publicado en Veterinary and Comparative Oncology, reveló que tanto AM como CAA compartían mutaciones en una vía de señalización conocida como vía RAS-RAF-MAPK.
En su estudio más reciente, los científicos analizaron un gran conjunto de datos genómicos generados por Cornell Transcriptional Regulation and Expression Facility (TREx) para comprender mejor las consecuencias biológicas de estas mutaciones. Al hacerlo, compararon los tumores CAA con otro tumor canino común (carcinoma oral de células escamosas) y tejido de encía sano. Estas muestras se almacenaron y se pusieron a disposición a través del Cornell Veterinary Biobank y Jen Grenier y su equipo en TREx perfilaron la expresión génica con secuenciación de ARN.
El equipo también utilizó datos genómicos de tejidos humanos para realizar comparaciones, gracias a la colaboración con un experto en cáncer oral humano de la Universidad de Turku en Finlandia. Al analizar estos diferentes tejidos, Peralta y su equipo pudieron ver que las mutaciones que habían identificado en su estudio anterior eran en gran parte responsables de los tumores que estaban viendo. También encontraron que CAA y AM son muy similares a nivel molecular, lo que refuerza la idea de que los perros representan un modelo natural potencialmente útil del tumor humano. “Todas las moléculas y vías metabólicas alteradas en los tejidos tumorales CAA eran consistentes con las mutaciones que habíamos encontrado y notablemente similares a las observadas en AM”, explica el doctor.
Habiendo conectado los puntos entre las mutaciones subyacentes y las vías moleculares que impulsan la formación de tumores, Peralta y el resto del equipo han estado trabajando para establecer modelos in vitro e in vivo de diferentes tumores orales caninos que se pueden usar para probar fármacos potenciales. Cualquier fármaco que pueda resultar eficaz en el tratamiento de tumores orales en perros también podría ser un candidato prometedor para pacientes humanos con enfermedades análogas.
"Si los perros realmente representan un modelo clínico útil de la enfermedad, también representan una inmensa oportunidad", defiende Peralta. Debido a que los tumores CAA son mucho más comunes en los perros que la AM en los humanos, los científicos pueden inscribir rápidamente a muchos más perros en ensayos clínicos y obtener más datos traducibles de esos ensayos. Además, los perros, que viven en el mismo tipo de entornos que los humanos, son modelos de enfermedad más precisos que otros modelos animales. “Mi objetivo como veterinario es traer soluciones a la clínica. Aún no lo hemos alcanzado, pero hemos dado un gran paso para hacerlo”, concluye.