La presencia del SARS-CoV-2 en ciervos de cola blanca puede dificultar el control del virus

Muchas especies animales son susceptibles al SARS-CoV-2 y podrían actuar como reservorios, sin embargo, no se ha documentado la transmisión en animales silvestres de vida libre a humanos.

En este aspecto, el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), cérvido predominante en América del Norte, es susceptible a la infección por SARS-CoV-2, y los cervatillos infectados experimentalmente transmiten el virus a otros ciervos cautivos.

Para conocer la situación epidemiologia y evaluar como el SARS-CoV-2 puede estar circulando en las poblaciones de ciervos, la Universidad Estatal de Pensilvania ha realizado un estudio donde se evaluaron 283 muestras de ganglios linfáticos retrofaríngeos (RPLN) recolectadas de 151 ciervos en libertad y 132 en cautiverio en Iowa desde abril de 2020 hasta diciembre de 2020 para detectar la presencia de SARS-CoV-2.

Tras la lectura de los resultados, los autores concluyeron que entre abril y diciembre del año pasado, el 30 % de los ciervos analizados resultaron positivos tras la realización de una prueba de PCR, mientras que entre el 23 de noviembre y el 10 de enero, durante una ola de frío en el estado de Iowa, casi el 80 % de los ciervos analizados estaban infectados con el virus.

Asimismo, los investigadores descubrieron que las variantes que circulaban en los ciervos eran iguales a las que circulaban entre los humanos. Esto sugiere que los ciervos fueron contagiados por personas y que luego estos fueron transmitiendo el virus entre los animales.

Según Suresh Kuchipudi, veterinario virólogo de la Universidad Estatal de Pensilvania, y coautor del estudio, “la distribución geográfica de los grupos de ciervos y la infección por linajes humanos sugieren fuertemente múltiples eventos de desbordamiento zooantroponóticos y posterior transmisión de ciervo a ciervo”.

El descubrimiento de esta transmisión SARS-CoV-2 en los ciervos “tiene importantes implicaciones para la ecología y la persistencia del virus a largo plazo, así como la posibilidad de que se extienda a otros animales y se propague a los seres humanos”.

"Si el virus tiene la oportunidad de encontrar un huésped alternativo además de los humanos, lo que llamaríamos un reservorio, eso creará un refugio seguro donde el virus puede continuar circulando incluso si toda la población humana se vuelve inmune, Y así se vuelve cada vez más complicado manejar o incluso erradicar el virus”, señala Kuchipudi.

En resumen, “estos hallazgos destacan la necesidad urgente de un enfoque sólido y proactivo de 'Una sola salud' para obtener una mejor comprensión de la ecología y evolución del SARS-CoV-2”.