El virus del Nilo Occidental es una enfermedad zoonótica transmitida por vectores que generalmente se transmite entre aves y mosquitos. Los seres humanos, los caballos y otros mamíferos pueden infectarse, pero no pueden transmitir el virus ni a los mosquitos ni otros organismos. Las infecciones en los seres humanos pueden ser graves y provocar enfermedades neurológicas y la muerte. Hasta hace poco, el VNO solo se notificaba en Europa de forma ocasional. Se creía que el virus entró en Europa a través de aves migratorias infectadas en el África subsahariana. Sin embargo, la proliferación supone en la actualidad una preocupación de salud pública.
En este estudio, publicado recientemente en la revista científica One Health, los investigadores querían averiguar por qué la enfermedad se ha vuelto tan frecuente en Europa últimamente. Para ello, procesaron y analizaron grandes cantidades de datos de 166 regiones del sur y el sureste de Europa durante un período de 13 años, que pusieron de manifiesto los cambios en el clima, los patrones de uso de la tierra, los cambios económicos y el gasto del gobierno central en áreas como el saneamiento y el medio ambiente.
Según Matthew Watts, investigador principal del estudio, no existe una explicación simple para describir el reciente aumento del VNO, sino una combinación de causas. En general, el clima más cálido en los meses de primavera y verano debido al cambio climático está haciendo que las condiciones sean más favorables para el virus y sus mosquitos vectores, acelerando el desarrollo de los mosquitos y extendiendo su temporada de reproducción, lo que a su vez puede incrementar su número.
Más importante aún, es probable que los inviernos más cálidos hayan permitido que los mosquitos domésticos comunes hembra infectados (Culex pipiens) sobrevivan al invierno en regiones que antes eran demasiado frías (como en el norte de Italia); por lo tanto, el virus puede ahora sobrevivir si los mosquitos resisten el invierno y se propagan a principios de año. Los resultados confirmaron que las regiones con una mayor proporción de humedales y tierras cultivables, incluida la agricultura de regadío que tiende a atraer aves susceptibles y especies de mosquitos, son las que corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad. “Sin duda, cambiar otros tipos de uso de las tierras a regadío habría aumentado el riesgo de enfermedad”, explica Watts, quien afirma que la sequía también puede estar aumentando la intensidad de los brotes de enfermedades, ya que la reducción de los recursos hídricos hace que los mosquitos y las aves entren en contacto más estrecho y, por lo tanto, aumenten los posibles casos de transmisión y la prevalencia del virus, que luego puede propagarse a las poblaciones humanas.
Todos estos cambios ambientales tuvieron lugar durante un período de austeridad en muchos países. Los países que registraron un mayor número de casos de VNO durante el período analizado también fueron los que aplicaron los mayores recortes en la infraestructura del gobierno y el gasto en prevención de riesgos, por ejemplo, en protección ambiental y gasto en aguas residuales, lo que podría haber beneficiado a las especies de vectores y al virus durante este período crucial.