La Consejería de Sanidad, Consumo y Gobernación de la Ciudad Autónoma de Ceuta ha emitido un comunicado informando que se ha detectado un caso sospechoso de rabia en un perro vagabundo que fue capturado el pasado sábado. La intervención se realizó tras la llamada de la Policía Local alertando de la presencia de un animal que mostraba síntomas de estar enfermo. Tras el aviso, el servicio de recogida de animales apresó y aisló al animal, que ha fallecido este lunes.
El Servicio de Sanidad Animal ha realizado la necropsia y ha enviado las muestras correspondientes para su análisis al Instituto Carlos III, que es el laboratorio nacional de referencia, que confirmará si se trata o no de un caso de rabia.
El perro afectado era una hembra joven de raza pastor belga y carecía de chip de identificación.
La Consejería recuerda que, aunque no esté declarado un caso de rabia, cualquier persona que sea mordida o arañada por un perro o cualquier otro animal, ya sea desconocido o no, debe acudir a la mayor brevedad posible a los servicios sanitarios (Servicio de Urgencias del Hospital Universitario, centro de salud o Consejería de Sanidad) para recibir el tratamiento adecuado.
España, debido a su proximidad geográfica con África, donde la rabia es endémica, corre mayor riesgo de detectar algún caso de la enfermedad, especialmente en los puntos de entrada a la Península Ibérica, ya que los vehículos de motor que entran pueden transportar ilegalmente animales enfermos o en periodo de incubación desde el norte de África. Los expertos señalan que “el riesgo de importar casos de rabia canina del norte de África es una evidencia cada vez más importante”.
El territorio español ha estado libre de rabia terrestre desde el año 1978 a excepción del caso importado de Marruecos declarado en junio de 2013 en Toledo y los recientes casos de 2019 en Ceuta y en Melilla en 2020 y el último el pasado septiembre. A pesar de ello, en España sigue sin existir un protocolo de vacunación uniforme en todo el país y no es obligatoria en Galicia, Cataluña y País Vasco, y en Asturias es solo obligatoria en perros ‘potencialmente peligrosos’.