La infección por Campylobacter es la causa más común de enfermedad diarreica en los Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), y afecta a 1,5 millones de personas cada año. Más del 90 % de las infecciones son causadas por C. jejuni y la mayoría están asociadas con el consumo de aves de corral poco cocidas, seguidas de los viajes internacionales y la exposición a heces de animales.
Un estudio dirigido por investigadores de los CDC recoge que varias cepas de bacterias Campylobacter resistentes a los medicamentos han estado circulando entre cachorros de tiendas de mascotas durante una década y continúan causando enfermedades. Las infecciones identificadas por los CDC en esta investigación están asociadas únicamente con perros.
El estudio identificó a 168 cachorros de tiendas de mascotas que tenían infecciones por Campylobacter jejuni con vínculos epidemiológicos o moleculares entre 2011 y 2020. El análisis de los aislados bacterianos de los pacientes encontró resistencia a siete clases de antibióticos, que incluyen antibióticos que se recomiendan para el tratamiento de las infecciones por Campylobacter .
Los autores explican que los hallazgos sugieren que los médicos deberían preguntar sobre la exposición de los cachorros cuando tratan a personas con infecciones por Campylobacter, especialmente aquellas que no responden a los antibióticos de rutina. También piden a la industria canina que tome medidas para prevenir la propagación de estas cepas de bacterias de animales a personas.
ESTUDIO
La primera investigación comenzó en agosto de 2017 tras los informes de seis pacientes en Florida con infecciones por C. jejuni que informaron haber tenido contacto con cachorros vendidos por una cadena estadounidense de tiendas de mascotas con sede en Ohio. Los investigadores entrevistaron a pacientes con infecciones confirmadas, les preguntaron sobre las posibles exposiciones antes de la enfermedad y realizaron la secuenciación del genoma completo en muestras fecales de 211 cachorros de 33 tiendas de mascotas.
También llevaron a cabo investigaciones de rastreo de los cachorros cuyas muestras fecales contenían cepas de C. jejuni que estaban altamente relacionadas con las cepas de los pacientes, o tenían vínculos epidemiológicos con pacientes infectados.
Este proceso se repitió también en la segunda investigación del estudio, que comenzó en enero de 2019. En ambas investigaciones se realizó una vigilancia para detectar cualquier caso humano adicional causado por cepas de C. jejuni.
En total, fueron 168 casos identificados en las dos investigaciones por tener un vínculo molecular o epidemiológico con los cachorros de las tiendas de mascotas.
Concretamente, 117 pacientes informaron haber tenido contacto con un perro en la semana anterior al inicio de los síntomas, y de ellos, 69 notificaron haber tenido contacto con un cachorro de una tienda de mascotas. Ningún paciente comentó haber tenido contacto con cachorros de un refugio de animales o una organización de rescate.
Por su parte, el análisis molecular de 168 aislamientos de Campylobacter de humanos y 23 aislamientos de perros reveló que estaban estrechamente relacionados genéticamente, lo que sugiere una probable transmisión de perros a humanos.
Además, las pruebas de susceptibilidad a antibióticos mostraron que el 88 % de los aislamientos eran resistentes, con altos niveles de resistencia a aminoglucósidos, lincosamidas, macrólidos, quinolonas y tetracilclinas.
En comparación, solo el 1.3 % de los aislamientos de Campylobacter enviados desde 2011 hasta 2019 al Sistema Nacional de Monitoreo de Resistencia a los Antimicrobianos, que rastrea la resistencia en las bacterias intestinales de los alimentos, animales y personas, resultó ser resistente.
USO INADECUADO DE ANTIBIÓTICOS DURANTE EL MANEJO DE ANIMALES
La conexión de esta situación con las tiendas de mascotas y los criadores comerciales puede estar relacionada con el uso inadecuado de antibióticos y otras prácticas de manejo en la industria canina comercial.
Los autores del estudio señalan que “142 de 149 cachorros de 20 tiendas de mascotas habían recibido al menos uno o más tratamientos de antibióticos antes de llegar a las tiendas”.
"El uso de antibióticos y otras prácticas de manejo en la industria comercial canina podría haber seleccionado cepas extensivamente resistentes a los medicamentos y haber facilitado la propagación entre perros de uno o más criaderos a muchas tiendas", apuntan los expertos.
Ante esta situación, señalan que, si bien los criadores de perros podrían implementar “medidas para frenar el uso innecesario de antibióticos y mejorar la higiene y el control de infecciones desde las instalaciones de cría hasta las tiendas de mascotas, es posible que se necesite un esfuerzo mayor”.
"Este estudio destaca un problema en curso dentro del sector de los animales de compañía que requerirá una solución colaborativa. Estos resultados indican que los funcionarios de salud pública, la industria canina, los médicos y los veterinarios deben adoptar un enfoque de 'Una Sola Salud' para prevenir el desarrollo y ralentizar la propagación de la resistencia a los antibióticos", sentencian.