La Coalición INFOZOOS (ANDA y FAADA) se ha dirigido a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), Teresa Ribera, solicitando que en su función de coordinación de la aplicación de la Ley de Zoos 31/2003 se pida a las comunidades autónomas que en las inspecciones para autorizar, renovar o comprobar el buen funcionamiento de las instalaciones zoológicas, se exija que los zoos no ofrezcan actividades que impliquen el contacto directo y la interacción entre animales salvajes y público visitante.
Este tipo de actividades, principalmente dirigidas a los niños, incluyen sesiones fotográficas o de “Toca-Toca” en las que los animales salvajes van pasando de mano en mano. Según explican las asociaciones, “en ocasiones se saca a los animales salvajes de sus instalaciones para trasladarlos a las zonas comunes y en otras es el público el que se introduce en el recinto de los animales para interactuar con ellos”.
“Estas acciones suponen tergiversar e incumplir con la misma Ley de Zoos (Ley 31/2003) ya que en ésta se pide que los zoos contengan una carga pedagógica dirigida hacia la educación en valores de conservación de especies. Las actividades de interacción y contacto directo con los animales actúan justo en sentido contrario al ofrecer una imagen distorsionada y errónea de que los animales salvajes quieren ser acariciados y abrazados por las personas. Esta creencia lleva al deseo del público de adquirir un ejemplar de esa especie o similar para tener de “mascota” en casa, concepto que va completamente en contra del objetivo conservacionista”, apuntan.
Por otra parte, explican que la promoción de un contacto directo entre animales y visitantes en un zoo aumenta exponencialmente los riesgos de seguridad para los visitantes, especialmente cuando se hace uso de determinadas especies que por sus características físicas pueden considerarse potencialmente peligrosos. También incrementa el riesgo sanitario tanto de los animales como de los seres humanos. “La reciente pandemia nos ha demostrado que los contactos directos entre animales salvajes y público, en vez de incentivarse, deben mantenerse en los mínimos posibles”, recuerdan.
Además, hacen referencia a la Guía de Aplicación de la Ley 31/2003 publicada en el año 2006 por el entonces Ministerio de Medio Ambiente, “indica expresamente que los zoos no deberían organizar sesiones fotográficas ni otro tipo de actividades que, como las aquí expuestas, se alejen del único y auténtico papel que tiene un zoo en nuestra sociedad: la conservación de las especies y la educación en valores conservacionistas”.
Según Alberto Díez, portavoz de INFOZOOS: “Los zoos pueden, y deben, ser una herramienta para la conservación de especies y de difusión de valores conservacionistas. Todo lo que no actúe en este sentido debe quedar al margen de cualquier zoo. Las sesiones fotográficas o la oferta de “tocar” a los animales salvajes pertenecen más a un concepto obsoleto de “casa de fieras” que a un zoo que se precie como tal”.