A raíz de la moción de la resolución (EU) 2019/6 del Parlamento Europeo, cuya votación se llevará a cabo en la cámara europea el próximo 13 de septiembre, un grupo de científicos expertos de la Red Alemana de Investigación de Enfermedades Infecciosas Zoonóticas han realizado una declaración pública en la comentan los criterios para la designación de antimicrobianos que se reservarán para el tratamiento de ciertas infecciones en humanos.
La declaración señala el hecho de que “el número de sustancias antibióticas aprobadas en medicina veterinaria frente a la medicina humana ya es significativamente menor (124 frente a 296), y el 75 % de la pérdida de vidas humanas por resistencia antibiótica es causada por comportamiento derivados del cuidado de la salud humana”.
También hacen referencia a las “reducciones notificadas en las cantidades de antibióticos recetados por los veterinarios alemanes, incluidas las clases de prioridad alta”.
La evidencia científica disponible muestra que el problema de la resistencia antimicrobiana solo se puede resolver con un enfoque de Una sola salud. Por este motivo, los científicos abogan por evitar el uso de antimicrobianos que son especialmente importantes para la medicina humana en animales y por medidas adecuadas para limitar su uso.
Sin embargo, aclaran que “actualmente no hay evidencia de si una prohibición general del uso de medicamentos que contienen los grupos de ingredientes activos fluoroquinolonas, cefalosporinas de tercera y cuarta generación, polipéptidos y macrólidos en animales tendría un efecto sustancial y duradero en la aparición de resistencias en humanos”.
Por su parte, la Federación Europea de Veterinarios (FVE) y la Plataforma Europea sobre el Uso Responsable de Medicamentos Veterinarios (Epruma), ha elaborado una carta, dirigida a los europarlamentarios, en la que exponen las razones contrarias a la implantación de dichas medidas.
Esta carta está ya firmada por 8000 partes interesadas, "incluidas asociaciones de salud humana y animal tanto a nivel nacional como de la Unión Europea, organizaciones veterinarias y veterinarios individuales, asociaciones de agricultores y académicos, entre otros".
Tanto la FVE como Epruma, han explicado que “prohibir los antimicrobianos autorizados para animales sin ningún argumento científico y razones científicas es contraproducente y aumenta los riesgos potenciales”.
Además, añaden que “la imposición de restricciones adicionales sin argumentos científicos sólidos y yendo más allá de los criterios definidos, provocará importantes problemas de salud y bienestar de los animales, ya que determinadas infecciones bacterianas ya no podrían ser tratadas”.