Castilla-La Mancha cuenta con uno de los mayores catálogos de fauna y flora de toda la península, que solo es posible conservar y proteger si se trabaja en equipos multidisciplinares con el objetivo de garantizar la salud de las personas, los animales y el medio ambiente.
En este aspecto, los veterinarios de Castilla-La Mancha destacan que “solo un enfoque One Health-Una sola salud permitirá conservar los distintos ecosistemas que alberga la región”.
El presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo y el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla-La Mancha, Luis Alberto García Alía, explica que dentro de esta nueva forma de trabajo basada en el enfoque One Health, “los veterinarios somos una pieza imprescindible por nuestros amplios conocimientos en aspectos como zoonosis, microbiología o inmunología, así como por nuestra experiencia en prevención y en gestión y control de pandemias”.
“La protección de la salud pública está relacionada directamente con la protección de la salud animal y medio ambiental por parte de los veterinarios, ya que luchar contra aquellos patógenos que causan enfermedades en los animales equivale a prevenir la aparición de las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes que afectan al hombre y garantizar una alimentación de calidad sin riesgos sanitarios”, añade García Alía.
Por otro lado, la eliminación correcta de los medicamentos, la gestión de los recursos naturales, la mitigación de los efectos del cambio climático o el control y gestión de las enfermedades zoonósicas para evitar que se produzcan saltos entre especies, son algunas de las labores que realizan en su día a día los veterinarios de la región para proteger el medio ambiente y garantizar el cuidado de los espacios naturales, lo que contribuye de forma decisiva a salvaguardar la salud pública.
Asimismo, el presidente veterinario añade que “debemos tener en cuenta que la labor del veterinario en el medioambiente no se ciñe únicamente a espacios naturales. En los núcleos urbanos y periurbanos, controlan las especies autóctonas que conviven en las calles y las especies migratorias que llegan cada año desde distintas partes del mundo, y que pueden llegar a ser un riesgo de enfermedades para para los animales y los propios ciudadanos”.
La mayoría de las enfermedades emergentes aparecidas en los últimos tiempos son de origen animal y caso todas ellas son potencialmente zoonóticas. Por lo tanto, “es preciso que tratarlas de una forma coordinada desde el punto de vista de la sanidad animal y de salud pública”, apunta el presidente.
Por lo tanto, el fortalecimiento de la vigilancia, la creación de redes de información, la detección precoz, la alarma y respuesta rápidas, la mejora de las capacidades de diagnóstico y otros recursos, así como la adopción de nuevas normas legales que atribuyan capacidades adecuadas a las administraciones proporcionarán mejoras en los sistemas de prevención.