La plataforma Epruma, que engloba a múltiples partes interesadas de la salud animal y la salud pública como Fecava, FEFAC o FVE, entre otras, muestra su decepción ante el “intento equivocado por proteger el uso de antibióticos para uso humano y detener la ola de desarrollo de resistencia a los antimicrobianos” de un grupo de eurodiputados que ha aprobado en el día de hoy una propuesta de resolución objetando un reglamento delegado que describe los criterios para la designación de antimicrobianos que serán prohibido para su uso en animales.
Desde Epruma, que tiene el objetivo de garantizar las mejores prácticas mediante el uso responsable de medicamentos en la prevención y el control de enfermedades animales, ya anunciaron hace unos días el riesgo que tiene esta situación para la salud pública y animal. Según cuentan, los eurodiputados se han basado en “creencias obsoletas” sobre el uso indebido de antibióticos en el sector animal “y una completa mala interpretación de las recomendaciones de la OMS”, que reconoce que la sanidad animal debe ser considerada antes de aplicar controles, y recomienda que se considere igualmente la lista establecida por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
“Esta medida rechaza el asesoramiento científico de la UE que podría poner en grave peligro la salud y el bienestar de los animales junto con la salud pública y la seguridad alimentaria. Marca una clara declaración de falta de respeto por el proceso de toma de decisiones basado en la ciencia establecido en la UE e ignora los repetidos llamados de su propia Cámara para combatir la resistencia a los antimicrobianos utilizando el enfoque de Una sola salud”, señalan.
Así, insisten en que la moción votada hoy solo tendrá un impacto negativo en la salud y el bienestar de los animales y no tendrá un impacto positivo en la salud pública o la resistencia a los antimicrobianos.
“Epruma reitera estas preocupaciones antes de que la moción sea llevada al plenario en septiembre y recuerda que cuando los animales enferman con infecciones bacterianas potencialmente mortales, merecen y deben ser tratados. Aún no existe un producto disponible que pueda reemplazar a los antibióticos en términos de capacidad para tratar enfermedades bacterianas en cualquier ser vivo”, añaden.
En este sentido, explican que permitir la prohibición de la única opción terapéutica disponible significa que los animales quedarán desprotegidos contra las infecciones bacterianas, lo que provocará un sufrimiento innecesario y tal vez incluso la muerte de los animales, incluidas las mascotas. “Esto contradice flagrantemente el Tratado de Lisboa, que reconoce a los animales como seres sensibles, así como la importancia que los ciudadanos otorgan al bienestar animal, como lo demostró recientemente la exitosa Iniciativa Ciudadana Europea ‘End the Cage Age’”.
Por otra parte, recuerdan que el sector animal ha realizado enormes esfuerzos durante la última década que ha visto una reducción de las ventas de antibióticos y de la resistencia en el lado de la salud animal. “Epruma mantiene su compromiso de promover aún más el uso responsable de antibióticos, como parte de la caja de herramientas de los veterinarios, y de luchar contra la resistencia a los antimicrobianos a través de un enfoque de Una sola salud que busca la protección equitativa de la salud humana, animal y ambiental”, concluyen.