Garantizar un buen bienestar animal es un mandato fundamental de los veterinarios, así como de la comunidad veterinaria en general. A medida que se amplía el conocimiento científico en el campo del bienestar animal y cambian las expectativas de la sociedad con respecto al cuidado de los animales, han evolucionado las definiciones comúnmente aceptadas de bienestar animal.
Un ejemplo mundial de esto proviene de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), que define el bienestar animal en su Código Sanitario para los Animales Terrestres. Esta definición concluye indicando que el bienestar animal puede evaluarse examinando cómo los animales están lidiando con sus condiciones de vida. Además, indica que se puede decir que los animales se encuentran en un estado de bienestar positivo si están sanos, cómodos, bien alimentados, seguros y capaces de expresar un comportamiento innato, y si no sufren estados desagradables, como dolor, miedo, aburrimiento. y angustia.
Esta definición refleja los “cinco dominios”, que son ampliamente aceptados como la base del buen bienestar animal y que cuentan con el apoyo de la Asociación Mundial de Veterinaria (WVA). El concepto de “cinco dominios” incluye cuatro dominios físicos o funcionales (nutrición, medio ambiente, salud y comportamiento), que consideran el funcionamiento biológico o el bienestar físico. El quinto dominio (estado mental) considera el bienestar psicológico.
Tradicionalmente, la comunidad veterinaria se ha centrado en la salud y la producción animal como indicadores de un buen bienestar animal. Cada vez más, se ha reconocido que el bienestar animal óptimo también incluye la consideración del estado afectivo del animal (es decir, cómo se siente y la sensibilidad del animal) así como un énfasis en la vida natural (es decir, la consideración de si el animal puede expresar comportamientos que son específicos de esa especie y si tienen lo que necesitan y quieren). Es igualmente importante considerar y promover los estados afectivos positivos, así como prevenir los negativos.
La Asociación Veterinaria Mundial reconoce la importancia de un adecuado bienestar animal, no solo para los animales sino también para las personas. “Es bien sabido que un adecuado bienestar animal puede tener beneficios positivos y de gran alcance en varias áreas, incluida la salud física y psicológica humana, el desarrollo social y cultural, la reducción de la pobreza y el hambre, la gestión de desastres y la sostenibilidad ambiental”.
A medida que la comprensión global y la preocupación por el bienestar animal continúan cambiando, la WVA indica que también debe evolucionar la educación y el papel de la comunidad veterinaria a este respecto, incluido el apoyo de la Declaración Universal sobre Bienestar Animal.
MÁS IMPLICACIÓN DE LOS VETERINARIOS
Así, hacen hincapié en que la comunidad veterinaria en general, y los veterinarios individualmente, deben mantener su compromiso con el bienestar animal y cumplir con sus deberes como defensores y líderes de los animales en el campo del bienestar.
Según explican, la participación de los veterinarios en el bienestar animal debe abarcar una amplia gama de actividades, que incluyen, entre otras: prevención de enfermedades y tratamiento de animales enfermos; implementación de estándares de buenas prácticas veterinarias que apoyan la mejora del bienestar animal; educar, informar e influir en propietarios, manipuladores, transportistas, productores, criadores, investigadores y cuidadores de animales sobre las mejores prácticas de cuidado animal; educar e informar al público en general sobre las buenas prácticas de bienestar animal; influir en los responsables de la formulación de políticas para proteger y mejorar aún más el bienestar animal; participar en el desarrollo de políticas y legislación de bienestar animal; o educar a los consumidores de productos animales.
“La WVA apoya la mejora de la integración de la ciencia y la práctica del bienestar animal en la educación profesional veterinaria. Las competencias de todos los graduados en veterinaria deben ser adecuadas para permitir que los nuevos veterinarios evalúen y consideren el bienestar animal. Además, toda la profesión veterinaria debe integrar los avances relevantes en el bienestar animal en los programas de desarrollo profesional en curso”, concluyen.