Estudiar veterinaria es una decisión muy personal, que viene marcada por un alto índice de implicación y vocación. Si bien es cierto que estos estudios ofrecen un gran número de salidas profesionales, la clínica, tanto de pequeños como de grandes animales, es una de las facetas más demandadas por muchos de los recién egresados. No obstante, otras de las muchas salidas que ofrecen estos estudios, pasan por el campo de la investigación o el control de la calidad alimentaria.
Sobre este tema, así como su percepción de la profesión en todos sus aspectos, o el impacto de la crisis del coronavirus en el colectivo, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a varios veterinarios que finalizaron sus estudios hace tiempo y actualmente desempeñan funciones relacionadas con dicha titulación. Hemos querido conocer si la percepción de la profesión se ha ido modificando con el paso de los años, o si, por el contrario, la realidad se ha ajustado a las expectativas.
En este sentido, Guillermo García, veterinario clínico de grandes animales en la provincia de Asturias, cuenta que “a lo largo de estos casi 5 años que llevo ejerciendo me he dado cuenta, de primera mano, lo mal valorados que estamos en algunas ocasiones los veterinarios, más aún cuando eres novato”.
Por su parte, Matilde Álvarez coincide plentamente, “mi percepción ha cambiado mucho, ya que te haces una idea de lo sacrificado que es el trabajo. Hay muchas cosas que no están pagadas, y el esfuerzo que conlleva sacar adelante tu trabajo, en varias ocasiones, no se compensa, ni por parte del jefe ni por parte del cliente”.
En la misma línea, Iván Pérez, veterinario de porcino especializado en reproducción y lactancia en la zona de Castilla y León y Castilla La Mancha, explica que cuando terminó la carrera “quería dedicarme a los pequeños animales y al vacuno, pero rápidamente me di cuenta que el sector de los pequeños animales estaba muy copado y la gente recién salida de la carrera tiene unas condiciones muy precarias”.
Soraya Haro, responsable de calidad de una empresa de alimentación afincada en Toledo, indica que “desde el inicio siempre tuve claro que quería dedicarme a la calidad y seguridad alimentaria, y mi enfoque no ha cambiado a lo largo de estos años. Si bien, en algunos momentos si me he planteado redirigirme a otros sectores que no sean la alimentación”.
Las diferencias que existen entre las expectativas al terminar la carrera y la realidad con la que se han encontrado muchos profesionales, como malas condiciones laborales, o la escasa remuneración, hace que algunos veterinarios consideren un cambio de aires de cara a futuro.
Por ejemplo, Guillermo García asegura que no se ve jubilándose como veterinario clínico de grandes, “es un trabajo duro al cual se le suman los malos horarios, las guardias, las jornadas laborales que nunca sabes cuándo se acaban, etc.”
FUTURO LABORAL
No obstante, otros si quieren permanecer desarrollando su labor profesional en su mismo ámbito laboral pero con matices. Por ejemplo, Matilde Álvarez manifiesta que espera mantener la ilusión de lo que había empezado a lo largo de los años, “y seguir trabajando en clínica, pero con mejores condiciones laborales”.
Otro de los que si se ve en el futuro en su puesto actual es Iván Pérez. “Si que me veo jubilándome dentro del sector porcino, pero con la mirada puesta en la gestión empresarial”, subraya.
Tampoco ve reorientando su vida laboral María Eugenia Sancho, estudiante de doctorado sobre los efectos de los componentes medioambientales psicoactivos en los peces en la University of South Bohemia en České Budějovice (República Checa). “Estoy muy contenta dedicándome a la acuicultura y los animales acuáticos y me gustaría jubilarme en ello”.
Soraya Haro coincide argumentando que “el sector de la calidad es apasionante y, la verdad, no me veo trabajando en otra cosa”.
Si bien existe disparidad de opiniones en algunos de estos aspectos, todos coinciden en que repetirían los estudios sin lugar a dudas, y que no encajan en “ninguna otra profesión que no sea relacionada con la veterinaria”, como explica Francisco Javier Montejo, veterinario clínico de campo en la provincia de Salamanca.
“Aunque aún me quedan muchas cosas por mejorar y otras tantas por aprender, la experiencia que tengo a día de hoy me hace sentirme muy orgulloso de mi mismo y es una motivación para seguir adelante”, añade Guillermo García.
POCO VALORADO EN SU TRABAJO
Otro aspecto en el que los encuestados coinciden es en lo poco valorada que sienten la profesión en el territorio español. Por ejemplo, en este aspecto, Haro señala que, “en mi ámbito laboral, al veterinario no se le reconocen los conocimientos adquiridos durante los estudios y que tanto podrían aportar en el puesto de trabajo”.
Sancho coincide, y añade que “creo que muchas veces los principales responsables de ello son los propios veterinarios, ofreciendo trabajos precarios y negando respaldo al resto de colegas”. Además, “tampoco se ha hecho mucho esfuerzo por parte de las asociaciones de veterinarios como colegios, etc, por mejorar la imagen pública y 'publicitar' la importancia de nuestra profesión en la sociedad, mucha gente solo concibe a los veterinarios como clínicos de pequeños animales”.
En esta línea, Garcia lamenta que “ya no es solo el hecho de que es una de las titulaciones universitarias peor pagadas, sino que hasta hace unos meses no teníamos convenio, que me parece un pilar fundamental para asegurar unas condiciones dignas. Además, esta poca valoración empieza a nivel administrativo, parecemos sanitarios de segunda cuando la veterinaria es una profesión multifacética clave para la salud pública”.
FACULTADES DE VETERINARIA EN ESPAÑA
Uno de los motivos de la falta de valoración de este colectivo en España, según Sancho, es el gran número de facultades. En palabras de la veterinaria, “la demasía de facultades tiene una gran culpa, y la cantidad de titulados que hay producen la serie de atropellos que están aconteciendo ahora mismo”.
“Si no se limitan las universidades, el propio mundo laboral limitará que todas esas personas que salen de veterinaria encuentren trabajo”, agrega Pérez.
“Me parece un error porque, sobre todo en la veterinaria clínica, estamos sufriendo que haya muchos veterinarios. Esto hace que exista mucha competencia y que mucha gente se rebaje a recibir menos sueldo de lo que es justo para su trabajo”, lamenta Álvarez.
PAPEL EN LA PANDEMIA
Sin duda la crisis del coronavirus ha golpeado a muchos sectores de la población, especialmente al ámbito sanitario. En este sentido, y como sanitarios en el que se engloba el colectivo veterinario, hemos querido conocer cómo han vivido la situación y si consideran que se ha tenido en consideración a la figura de este profesional.
Los entrevistados coinciden que el papel del veterinario no ha sido reconocido ni valorado. “Desde mi punto de vista, considero que nuestra profesión ha sido infravalorada, ya que supuestamente esta crisis ha sido considera una zoonosis y, por más que se ha intentado, no se nos ha tenido en cuenta en ningún momento”, destaca Montejo.
“Creo que, si la crisis hubiera sido manejada por veterinarios, como sí que se ha hecho en otros sitios, el problema no hubiera durado tanto ni habría habido tantas consecuencias”, afirma Sancho.
Pérez añade que “los veterinarios son sanitarios depende del día. Se ha demostrado que en países que tienen presentes a sus veterinarios en los comités de expertos han tenido menores ratios de morbilidad y mortalidad entre la población durante esta pandemia. Los coronavirus no son nuevos dentro de nuestro sector”.
UNA FIGURA SANITARIA POCO VALORADA
Por último, respecto a la no inclusión de los veterinarios en la Formación Sanitaria Especializada del sistema sanitario español a pesar de su condición de sanitarios, califican de “vergüenza”.
“No es solo que estemos considerados sanitarios por ley, es que lo somos y al 100 %, y estamos totalmente implicados y somos pieza fundamental a la hora de garantizar la salud pública”, remarca García.
“Esta situación refleja una vez más la consideración que tienen de nuestra profesión. Aunque se nos haya incluido en la categoría de sanitarios, yo siento que no nos consideran como tal y me parece bastante triste”, lamenta Álvarez.