La necesidad de abordar la salud humana siguiendo un enfoque que tenga en cuenta la conexión que existe entre las personas y medio ambiente se ha vuelto más evidente que nunca tras la pandemia de COVID-19.
Ante esta situación, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación; la Organización Mundial de Sanidad Animal; el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente; y la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunciaron el pasado 20 de mayo la creación de un nuevo panel de expertos para mejorar la comprensión de cómo las enfermedades con el potencial de desencadenar pandemias surgen y se propagan .
Declararon que el panel operará bajo el enfoque “Una Sola Salud”, que reconoce los vínculos entre la salud de las personas, los animales y el medio ambiente, y destaca la necesidad de especialistas en múltiples sectores para abordar cualquier amenaza para la salud y prevenir la quiebra de los sistemas agroalimentarios.
Los primeros pasos incluirán análisis sistemáticos del conocimiento científico sobre los factores que conducen a la transmisión de una enfermedad de un animal a un ser humano y viceversa; desarrollo de marcos de evaluación y vigilancia de riesgos; identificación de brechas de capacidad, así como acuerdos sobre buenas prácticas para prevenir y prepararse para brotes zoonóticos.
El panel considerará el impacto de la actividad humana en el medio ambiente y los hábitats de la vida silvestre. Las áreas críticas incluirán la producción y distribución de alimentos; urbanización y desarrollo de infraestructura; viajes y comercio internacional; actividades que conducen a la pérdida de biodiversidad y al cambio climático; y aquellos que ejercen una mayor presión sobre la base de recursos naturales, todo lo cual puede conducir a la aparición de enfermedades zoonóticas.
En este sentido, el panel se compondrá de un total de 26 expertos, 12 de los cuales son veterinarios. Los profesionales veterinarios son Wiku Adisasmito, Universidad de Indonesia; Casey Barton Behravesh, epidemióloga veterinaria; Natalia Casas, coordinadora del Centro Nacional de Zoonosis del Ministerio de Salud de Argentina; Dominique Charron, vicepresidenta de Programas y Asociaciones del Centro de Investigación para el desarrollo internacional en Ottawa (Canadá); Janice Reis Ciacci, investigadora veterinaria en el área de Virología Animal de Brasil; Andrew Alexander Cunningham, director adjunto de la Sociedad de Ciencias Zoológicas de Londres; Nitish Debnath, líder del programa Fleming Fund en Bangladesh de DAI; Baptiste Dungu, vicepresidente de la Comisión Científica de la OIE; Gao Fu, director del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades; David Hayman, profesor de Ecología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Massey (Nueva Zelanda); Margaret Khaitsa, profesora de Epidemiología Veterinaria en la Universidad de Mississippi (EEUU); y Marion Koopmans, miembro del grupo asesor de la Comisión Europea sobre COVID-19.
A diferencia de España, donde los veterinarios han tenido un papel secundario durante la gestión de la crisis del coronavirus, varios de estos profesionales han tenido cargos relevantes durante la COVID-19. Como por ejemplo Wiku Adisasmito, que fue nombrado director del Grupo de Trabajo de Respuesta Rápida COVID-19 de Indonesia o Marion Koopmans, una de las integrantes de la misión COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud a China.
Asimismo, entre los restantes expertos, también figuran profesionales de diversos sectores, como médicos, antropólogos, ambientólogos y biólogos, entre otras profesiones.