Estudian las bacterias resistentes a antibióticos en perros y gatos de Europa

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recibió un mandato de la Comisión Europea para investigar la situación mundial en lo que se refiere a los patógenos animales resistentes a los antimicrobianos que causan enfermedades transmisibles, para identificar las bacterias más relevantes presentes en la Unión Europea, resumir el impacto real o potencial en la salud animal de estas bacterias, y para realizar la evaluación y clasificación de estas bacterias.

En este sentido, el grupo de trabajo de la EFSA acordó los siguientes patógenos bacterianos diana para perros y gatos: Bordetella bronchiseptica, Clostridioides difficile, Clostridium perfringens, Enterobacter spp., Enterococcus faecalis, Enterococcus faecium, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis, Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Staphylococcus pseudintermedius y Staphylococcus schleiferi.

Asimismo, la evaluación de la investigación se ha realizado siguiendo una metodología basada en información recopilada a través de una extensa revisión de la literatura y el juicio de expertos en la materia.

Tras una primera selección de 1.698 resúmenes, finalmente se consideraron aptos para la investigación un total de 91 estudios, así como 7 informes nacionales de Dinamarca, Finlandia, Francia, Noruega, Alemania, Suecia y Suiza.

Después de discutir los datos seleccionados, se acordó que las tres bacterias resistentes a los antimicrobianos más relevantes para la Unión Europea (UE) eran S. pseudintermedius , E . coli y P. aeruginosa. "Esta situación, se debe a su frecuente implicación en enfermedades clínicas en perros y gatos, así como a los altos niveles de resistencia a antimicrobianos clínicamente relevantes, tanto a nivel mundial, como también en la UE", indican los expertos.

Entre las bacterias restantes consideradas, había una incertidumbre mucho mayor con respecto a su inclusión entre los patógenos resistentes a los antimicrobianos más relevantes en la UE. Por ejemplo, las especies de clostridios incluidas en la evaluación no se consideraron importantes, ya que el tratamiento de la enteritis no suele plantear problemas terapéuticos.

“Estos datos sobre la resistencia antibiótica en los patógenos bacterianos son necesarios para mejorar la salud animal, promover el uso racional de antimicrobianos e identificar desafíos terapéuticos específicos atribuibles a la resistencia antibiótica”, explican los autores del estudio.

Por otra parte, los sistemas nacionales de monitoreo de la resistencia a los antibióticos en animales enfermos solo están disponibles en unos pocos países y existen limitaciones que dificultan la comparabilidad de los datos reportados por diferentes países. Además, los pocos informes nacionales disponibles tienen un alcance geográfico limitado cuando se considera la situación mundial, especialmente fuera de Europa.

No obstante, entre los informes nacionales de la UE evaluados en este dictamen, se encontraron tendencias de resistencias antibióticas estables o algo decrecientes para la mayoría de las combinaciones de patógenos y fármacos.

En conclusión, aunque la importancia de estas observaciones no deba sobreinterpretarse debido a las limitaciones de la metodología de estudio, estos datos pueden ser útiles para detectar la aparición de nuevos fenotipos resistentes de patógenos relevantes de gatos y perros y, por lo tanto, ayudar a guiar la administración de antimicrobianos.

En el futuro, la estandarización y armonización de la metodología empleada por los programas nacionales de vigilancia, incluidos los criterios de selección para la recolección de cepas bacterianas, permitirá comparaciones más significativas entre países.