La Leishmaniosis era hasta hace poco una zoonosis endémica de la zona mediterránea, con mayor incidencia en perros durante los meses más cálidos y con casos anecdóticos en su vertiente humana, como leishmaniosis cutánea o visceral. Hoy el cambio climático y la mayor actividad de su insecto vector -el mosquito flebótomo- ha provocado que haya casos de leishmaniosis autóctona en perros de regiones como Cantabria o Galicia, y que la incidencia en personas se haya disparado.
En 2020 fue noticia el foco de Virus del Nilo Occidental porque provocó 77 casos de meningoencefalitis en Sevilla, Cádiz y Badajoz. Un virus que es transmitido por mosquitos y cuyo reservorio son las aves, infrecuente en humanos, pero en las últimas décadas ha destacado por su capacidad para invadir nuevas zonas geográficas.
En las últimas fechas se ha sabido de un caso de fiebre hemorrágica Crimea-Congo en una mujer de León, pero en 2020 hubo otro en Salamanca y desde el primero confirmado en Ávila en 2016 se acumulan casi una decena en España, todos vinculados a la posible picadura de una garrapata Hyalomma marginatum (de origen africano) y a la presencia de los hospedadores adecuados (ungulados). En parecidos términos se podría hablar de la fasciolasis ovina, otra zoonosis, que no solo afecta a rumiantes, sino que se trata de un parásito que puede atacar a humanos o del fuerte incremento, en líneas generales, de alergias cuya mayor incidencia también se debe a cómo afectan los cambios de temperatura a la cantidad de polen que hay en el aire. Todo ello se ha comenzado a analizar esta tarde en el Auditorio del Palacio de Congresos de Alicante en unas jornadas que concluirán el día 16 y que llevan por título ‘Cambio climático, globalización y su impacto en la salud humana y animal”.
El encuentro promovido conjuntamente por el Colegio de Médicos (COMA) y el Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval) ha sido inaugurado esta tarde por la consellera de Agricultura, Mireia Moià y ha contado también con la presencia –en representación de la Conselleria de Sanitat- del director del Centro de Salud Pública de Alicante, Eduardo Alonso, así como de los presidentes de sendas corporaciones colegiales, María Isabel Moya (del COMA) y Gonzalo Moreno del Val (de Icoval).
Moià, ha comenzado su intervención reconociendo el trabajo de estudio, desde la medicina y la veterinaria, de los efectos del cambio climático sobre la salud animal y humana. La consellera ha apelado a la acción contra el cambio climático: “No podemos caer en la parálisis por el análisis. Estamos en un momento crucial y tenemos que afrontar los retos con valentía”. En materia de salud, la consellera ha subrayado la necesidad de incluir análisis específicos de los riesgos para la ciudadanía producidos o intensificados por los cambios en las variables climáticas. Una medida “encaminada a un mejor futuro, a un futuro posible y viable” que responde al reflejo directo sobre la salud de las personas de los cambios de los patrones meteorológicos como las olas de calor, la sequía o la calidad del aire.
A través de ponencias y de debates que permiten la interacción, 15 conferenciantes analizarán el impacto del cambio climático y la globalización sobre las zoonosis, virus emergentes y enfermedades infecciosas, antaño propias de otras latitudes pero que ahora tienen una creciente incidencia sobre la salud animal pero también la humana. Los ponentes escogidos para la ocasión son especialistas de todas las áreas del saber involucradas y así, participarán médicos clínicos, veterinarios, epidemiólogos, parasitólogos, biólogos, farmacéuticos y profesionales de las ciencias sociales como el geógrafo y director del Laboratorio de Climatología, Jorge Olcina, que ha pronunciado la conferencia inaugural.
LA IMPORTANCIA DEL ONE HEALTH
Para uno de los coordinadores de estas jornadas, el vicepresidente segundo del COMA, Diego Torrús, “solo con un enfoque One Health (Una sola salud), solo con la participación y coordinación de todos los ámbitos que pueden aportar conocimiento e información, se podrá actuar y prevenir eficazmente contra todas estas enfermedades infecciosas y/o emergentes”. Con todo y con ánimo de desdramatizar, el también responsable de la Unidad de Referencia de Enfermedades Importadas y Salud Internacional, Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario de Alicante, matiza que para el establecimiento de verdaderas áreas de endemia en España “se necesitaría de la conjunción de otros factores, tales como el flujo masivo y simultáneo de reservorios animales o humanos y el deterioro de las condiciones socio-sanitarias y de los servicios de salud pública, por lo que son los países en vías de desarrollo los que mayor riesgo sufren de estas amenazas vinculadas al aumento de temperaturas y a la globalización”.
En esta misma línea, el presidente de los veterinarios de Alicante, Gonzalo Moreno del Val, matiza que España, “por la proximidad con el continente africano, lugar de tránsito de aves migratorias y personas, y por las condiciones climáticas, es un país en que las enfermedades transmitidas por vectores (invertebrados o aves, fundamentalmente) podrían verse aumentadas”.
Torrús y Moreno del Val coinciden igualmente en que, por todo ello, no conviene menospreciar la amenaza que para la salud pública que suponen “los movimientos migratorios y el constante aumento de viajes intercontinentales, que son uno de los principales factores de la rápida diseminación de enfermedades transmisibles, tal como se ha podido constatar con la pandemia de la COVID-19”.