La idea de que la música puede tener efectos relajantes y calmantes goza de gran popularidad. Katrina Meinkoth, veterinaria de la Universidad Estatal de Oklahoma, ha querido saber más sobre el efecto de la música, y específicamente su efecto en los perros. Para comprobarlo, la veterinaria se valió de su perro Petey, un animal adoptado que sufre de un trastorno de ansiedad derivado del entorno en el que fue criado.
"Petey ha mejorado durante varios meses con la medicación y un entorno constante. Mi esposo descubrió que Petey se relaja con él en su oficina mientras suena música de fondo”, cuenta Meinkoth.
“La mayoría de la gente es consciente de la influencia de la música en los seres humanos. O escuchamos algo que nos gusta y respondemos a ello, o hemos escuchado sobre la musicoterapia en humanos y su evidencia de apoyo a la rehabilitación física y facilitación del movimiento y actitud mental positiva para la motivación”, comenta la veterinaria.
“Dado que la exposición a la música tiene efectos positivos en los seres humanos, la música se ha probado en entornos de refugios para animales. Algunos de los primeros artículos que encontré sobre música para perros en perreras vinieron de la Universidad de Glasgow. Se estudió el efecto de diferentes géneros de música en los niveles de ansiedad de los perros en las perreras usando marcadores del estrés, como la variabilidad de la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol en la orina, así como el comportamiento observado de los perros en sus perreras”, explica.
En la investigación, “la música fue una herramienta de enriquecimiento eficaz dentro de un entorno de las perreras y protectoras. Géneros que incluyen rock suave, el reggae y la música clásica parecían tener los efectos más positivos. El heavy metal aumentó el comportamiento relacionado con el miedo".
Según la neuróloga veterinaria Susan O. Wagner, profesora adjunta de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Ohio, el sonido suave puede desempeñar un papel clave para mejorar el bienestar de los animales, “ya sea en una estancia corta en una clínica veterinaria, o un largo periodo en un refugio”.
Tras estudiar 150 perros, “descubrimos que el piano simple con tonos bajos y un tempo lento es lo que hacía más tranquilos a los animales”, apunta Wagner. Según la experta, al escuchar el piano en el entorno del hogar, el 85 % de los perros se fueron a dormir, e hicieron lo mismo el 70 % en el entorno de las protectoras.
En otro artículo de la Universidad Queen, en Belfast, Irlanda del Norte, se descubrió que los perros expuestos a la música clásica pasaban más tiempo descansando y vocalizando menos que cuando se exponen a otros estímulos.
“Si bien el campo está poco investigado en general, los animales parecen menos estresados o ansiosos cuando se exponen a la música clásica con un tono bajo y un tempo lento”, subraya Meinkoth.
“Mi esposo no es una persona de música clásica. Pero para trabajar en casa con el ordenador, a menudo escuchamos música instrumental suave. Petey se relaja mientras estamos en nuestro escritorio con la música suave de fondo”, añade.
Los investigadores continúan estudiando la música clásica en sí y consideran rasgos como la instrumentación y el tono de la música, “surgirá información más específica para ayudarnos a ajustar mejor nuestros hábitos para satisfacer las necesidades de nuestras mascotas”, asegura Meinkoth .