Se acerca la noche de San Juan, que se celebra en España el 23 de junio. Es la noche más corta del año y se conmemora la llegada del solsticio de verano con rituales perennes de épocas lejanas, y que con el paso de los años se mantienen inalterables.
Desde los inicios de esta costumbre, algo que caracteriza a todas las celebraciones son las hogueras. Si bien, con el paso del tiempo se han ido añadiendo el uso de elementos pirotécnicos, como fuegos artificiales o petardos. Es frecuente que durante la noche se escuchen los sonidos de las explosiones.
El uso de elementos pirotécnicos supone un fuerte estrés en los perros. Son muchos los animales que sufren una auténtica tortura con estos sonidos. En este sentido, en un artículo publicado por la Universidad de Bristol, se ha sugerido que los signos clínicos asociados al miedo y la ansiedad son frecuentes y suponen un riesgo para el bienestar del animal. Y, por otra parte, parecen ser más habituales de lo que los tutores consideran.
“Casi la mitad de los propietarios de la entrevista informaron que su perro mostró al menos un signo de comportamiento típico de miedo cuando se expuso a ruidos, a pesar de que solo una cuarta parte había informado que su perro tenía ‘miedo’ en la encuesta general. Esta diferencia indica que, incluso cuando los propietarios reconocen las respuestas conductuales a los ruidos, es posible que no los interpreten como asociados con un estado alterado en el animal”, explican los investigadores.
NECESIDAD DE ACTUACIÓN
El miedo a los ruidos fuertes supone un problema serio, que, si no se soluciona, puede acarrear importantes consecuencias para el bienestar del animal, e incluso del propietario.
Fiona Whelan, de The Company of Animals, compañía especializada en adiestramiento y comportamiento animal, considera que “si no se tratan, los animales afectados a menudo se vuelven hipersensibles y generalizan su miedo hacia sonidos menores. Pronto, estos perros pueden volverse reactivos incluso a golpes menores, como el cierre de una puerta o ventana”.
Asimismo, añade que “estos comportamientos rara vez mejoran sin ayuda y es más probable que empeoren progresivamente. Desafortunadamente, no es extraño que los propietarios recurran a la eutanasia en situaciones extremas”.
SOLUCIONES EFICACES
Existen soluciones para abordar esta problemática encaminadas a suavizar o reducir las conductas asociadas a estos miedos.
En este sentido, la compañía veterinaria Ecuphar dispone de Sileo®, el primer fármaco registrado para aliviar la ansiedad por ruidos en los perros, que supone una herramienta versátil y eficaz.
El principio activo de Sileo® es el hidrocloruro de dexmedetomidina, un agonista selectivo de los adrenoreceptores alfa-2, ampliamente utilizado como sedante y analgésico para perros. Sin embargo, en Sileo® la dosis de dexmedetomidina es significativamente menor que la utilizada habitualmente en sedación y analgesia.
Este fármaco está especialmente formulado para desarrollar un rápido inicio de acción, con o sin programa de modificación de conducta. Por lo tanto, está indicado para el manejo de situaciones agudas en las que sea necesario un manejo o prevención de las crisis.
Por otra parte, el producto destaca por su facilidad de uso y su efectividad, ya que se presenta en forma de gel, aplicado mediante jeringa oral, lo que facilita al propietario del perro la administración del producto en casa cuando lo necesite.