La aparición de nuevos patógenos bacterianos es un desafío continuo para la ganadería y la seguridad alimentaria. Salmonella Typhimurium es una de las principales causas de enfermedades transmitidas por los alimentos en todo el mundo, siendo los cerdos un importante reservorio zoonótico. No obstante, según un nuevo estudio, las distintas cepas de la enfermedad tienen efectos significativamente diferentes sobre la salud de los cerdos, así como el riesgo de potencial zoonótico.
Las dos variantes estudiadas, denominadas U288 y ST34, son particularmente dominantes en los cerdos y difieren en la colonización del intestino y los tejidos circundantes y en la gravedad de la enfermedad que producen, según los científicos.
Por ejemplo, la infección por U288 fue más diseminada en los ganglios linfáticos mientras que ST34 se recuperó en mayor número en el contenido intestinal.
Para llevar a cabo el estudio, se analizó la composición genética de las cepas de Salmonella aisladas de cerdos y personas durante muchos años, para identificar variantes y comprender cómo evolucionaron y se comportaron. Se recolectaron muestras de infecciones clínicas humanas durante el diagnóstico de rutina y de animales durante la vigilancia de rutina
Del análisis se dedujo que la variante ST34 representa más de la mitad de todas las infecciones por S. Typhimurium en las personas, mientras que la variante U288 rara vez se asocia con la infección humana, teniendo una incidencia menor del 2 %.
En este sentido, “se encontró un conjunto único de cambios genéticos en la variante U288, que probablemente ocurrió entre 1980 y 2000, que puede ser la clave para comprender cómo esta variante interactúa de manera diferente con los cerdos durante las infecciones y en la cadena alimentaria”, sugieren los investigadores.
“Hemos visto este tipo de cambios antes en variantes de Salmonella que se han adaptado a especies hospedadoras específicas y causan una enfermedad más invasiva, incluido el tipo de Salmonella que causa fiebre tifoidea en las personas, pero no afecta a otras especies”, comenta el profesor Rob Kingsley, del Instituto Quadram.
Además, la variante U288 evolucionó para adquirir genes asociados con la resistencia a los antimicrobianos y variaciones en las moléculas vinculadas a la virulencia. Asimismo, los científicos observaron que esta variante creció más lentamente en el laboratorio y era más sensible al estrés asociado con la deshidratación.
“Comprender cómo surgen las variantes de Salmonella y señalar las firmas genéticas responsables de la adaptación a diferentes huéspedes y la capacidad de producir enfermedades brindará oportunidades para mejorar el diagnóstico y la vigilancia. A su vez, esto ayudará a predecir el riesgo que representan las variantes de Salmonella para la salud animal y la seguridad alimentaria”, explica uno de los autores del estudio, Mark Stevens.
En resumen, los hallazgos del estudio podrían ayudar a predecir el riesgo de variantes de Salmonella para los animales y las personas, y favorecer el diseño de estrategias para prevenir o controlar las infecciones.