La experimentación animal es una de las actividades científicas más estrictamente reguladas en España y en la Unión Europea. Solo se permite investigar con animales en aquellos casos que esté debidamente justificado y razonado, cuando no puedan usarse métodos alternativos, en centros que estén oficialmente registrados por parte de personal capacitado y formado para ello, técnica y éticamente, y tras obtener la autorización de la autoridad competente.
Si bien, hace unos días se hacía público un vídeo grabado en las instalaciones de la empresa Vivotecnia con sede en Madrid, según confirmó la Comunidad de Madrid ordenando su cierre, donde se ven escenas de crueldad gratuita y deliberada, realizadas con mala praxis, en los que se estarían violando de forma sistemática las leyes españolas y europeas de protección de animales para fines científicos.
Ante estos hechos, han sido múltiples las condenas a estos actos, como el caso del Colegio de Veterinarios de Madrid. Voces autorizadas como Lluís Montoliu, investigador en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERER-ISCIII), y presidente del comité de ética del CSIC, ha manifestado en un artículo para SINC su opinión de ello. “Las escenas de maltrato animal, de falta de empatía y de respeto hacia los animales que aparecen en el vídeo son totalmente condenables y deben ser investigadas, internamente, por parte de la empresa, para depurar responsabilidades; y externamente, por parte de la autoridad competente, la Comunidad de Madrid”, sentencia el investigador.
En la misma línea, el propio Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) expresa su repulsa hacia estas acciones: “El CSIC manifiesta el más absoluto rechazo y condena sin paliativos del contenido del vídeo grabado en las instalaciones de la empresa Vivotecnia, recientemente difundido, y que muestra estremecedoras imágenes de maltrato animal”.
Por su parte, la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio (SECAL) ha emitido un comunicado donde muestra su rechazo por las prácticas llevadas a cabo. “SECAL no puede más que manifestar el más absoluto rechazo y condena a las imágenes divulgadas pues dañan la razón de ser de nuestra sociedad y llevan al traste muchos años de duro trabajo destinados a mejorar de manera continuada el cuidado y uso de los animales de laboratorio”, explican.
UNA EXCEPCIÓN QUE NO REFLEJA EL DÍA A DÍA
A pesar de la crudeza de las imágenes, las instituciones apuntan a que estas acciones se tratan de hechos aislados y para nada reflejan el día a día del trabajo llevado a cabo en este tipo de laboratorios.
“Es muy difícil conseguir investigar con animales. De hecho, es un privilegio. Así nos lo pide la sociedad a través de sus representantes en los parlamentos nacionales y europeos, que legislan en consecuencia, respondiendo a la demanda de protección de los animales usados en investigación y docencia, subrayando el insoslayable respeto por el bienestar animal que debe presidir toda experimentación animal”, apunta el experto Lluis Montoliu.
Por su parte, SECAL comenta que “estas imágenes no representan el buen hacer mayoritario que se lleva a cabo en nuestro sector y de una sociedad cuyo origen es compatibilizar el trato digno y respetuoso de los animales que nos ayudan a avanzar en el progreso científico”.
Asimismo, desde el CSIC señalan que “toda la experimentación animal que se aborda en los centros del CSIC se realiza con el estricto cumplimiento de la legislación vigente y con el respeto escrupuloso de las recomendaciones éticas internacionales de bienestar animal”.