La Unión Europea ha presentado un informe con los resultados del análisis realizado a finales de 2018 y principios de 2019 en una serie de misiones de investigación de la Comisión Europa en Alemania, Eslovaquia, Austria y España para informar del desarrollo de la política de la UE sobre la prevención, el control y la erradicación de la peste porcina africana (PPA). En ese momento, todos los Estados miembros visitados estaban libres de la enfermedad. Posteriormente, en julio de 2019 se detectó PPA en una explotación de cerdos domésticos en Eslovaquia y en 2020 se detectó PPA en un jabalí muerto en Alemania. Los expertos de la Comisión Europea estuvieron en España del 10 al 14 de diciembre de 2018.
Entre las principales conclusiones del informe se reconoce que los Estados miembros de la Unión Europea han invertido en sistemas para detectar casos de peste porcina africana en jabalíes, reconociendo el papel fundamental que desempeñan los cazadores en la notificación de casos de sospecha. Además, en mayor o menor medida, afirman que las autoridades veterinarias colaboran con sus homólogos de caza para explicar la necesidad de reducir la población de jabalíes.
“Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los Estados miembros es desarrollar e implementar estrategias nacionales de gestión del jabalí que sean aceptables tanto para los ganaderos como para los cazadores y los ecologistas”, reconocen.
Por otro lado, la UE advierte que los distintos países todavía dependen de la caza y los procesos naturales (inviernos duros, hambre y enfermedades) para controlar sus poblaciones de jabalíes. “Las autoridades veterinarias han avanzado poco en la incorporación de medidas adicionales, como el sacrificio de animales reproductores (utilizando trampas y la caza selectiva de hembras jóvenes, por ejemplo) y la gestión de los recursos alimentarios (utilizando prohibiciones de alimentación y cercas, por ejemplo) para establecer un nuevo equilibrio”, advierten.
El informe señala que, en general, existe cooperación y diálogo entre las autoridades veterinarias, los cazadores y las autoridades de caza, mientras que las autoridades ganaderas generalmente no participan en los preparativos para la enfermedad.
Asimismo, informan que “las autoridades veterinarias de las zonas limítrofes con las regiones afectadas examinan sistemáticamente a los jabalíes enfermos o muertos para detectar la peste porcina africana. Sin embargo, los niveles de vigilancia pasiva en territorios no afectados que están más distantes son mucho más bajos. Esto significa que es posible que no detecten la introducción de la peste porcina africana en una etapa temprana, especialmente si la enfermedad aparece lejos de una región afectada conocida, como ocurrió en Bélgica en septiembre de 2018”.
ESPAÑA, EJEMPLO DE BUENA PRÁCTICA
La Comisión Europea destaca a España como un ejemplo de buena práctica. “Dada la relevancia del riesgo de peste porcina africana y su posible incursión en el jabalí en España, era urgente una política nacional más coordinada que englobara todos los factores que pueden afectar a la prevención, vigilancia y control de la enfermedad en la población de jabalíes. Para facilitar eso, la autoridad competente creó un grupo de expertos específico en 2018 que ha estado brindando un asesoramiento intensivo sobre la peste porcina africana en el jabalí. Ese grupo reúne una amplia variedad de conocimientos y experiencia, incluidos expertos en PPA, preparación para emergencias de salud animal, manejo de vida silvestre y caza, etc”.
Otro de los ejemplos que exponen es cómo ha afrontado el reto de obtener estimaciones fiables de la evolución anual de la población de jabalíes con el fin de mejorar la gestión cinegética y abordar los daños a la agricultura y los problemas que los jabalíes provocan en las zonas urbanas. En este sentido, el documento apunta que las autoridades competentes de una región de España han externalizado hace muchos años esa tarea a una empresa especializada en consultoría ambiental. “Esta iniciativa ha demostrado ser de gran utilidad para las autoridades responsables de la sanidad animal de esa región en el contexto actual de mayor riesgo de incursión de la peste porcina africana. El seguimiento intensivo y el análisis de sus resultados proporcionan información actualizada sobre la evolución de la población de jabalíes en varias áreas geográficas predefinidas según consideraciones ecológicas. Eso ayuda a anticipar cambios significativos en la población de jabalíes, brinda consejos sobre las medidas más adecuadas para controlarlos (por ejemplo, sobre la intensificación de la caza durante una temporada específica, normalmente inusual, para compensar el crecimiento anticipado de la población) y contribuye a optimizar la vigilancia basada en el riesgo de la PPA en la región”.
Puede acceder al informe completo en este enlace.