Científicos del grupo de investigación multidisciplinar "DogRisk" de la Universidad de Helsinki han encontrado nuevos factores de riesgo en las primeras etapas de vida que afectan la prevalencia de la dermatitis atópica en perros adultos. Estos resultados pueden resultar interesantes para la medicina humana, ya que la enfermedad comparte características en perros jóvenes y en niños.
Como parte de la investigación, se ofreció un cuestionario a más de 12.000 propietarios de perros sobre la rutina alimentaria de sus mascotas. Los datos obtenidos permitieron asociar muchos factores de riesgo, tanto no modificables como modificables, con la prevalencia de dermatitis atópica canina.
Existe una mayor prevalencia de atopía en la edad adulta asociada a los perros cuya raza sea propensa a sufrir alergia, la madre tenga antecedentes de atopía, y más del 50 % de la capa del perro sea de color blanco. Pero lo más interesante de este estudio, es la relación con la dieta en las primeras etapas de vida del animal y la aparición en la edad adulta de la enfermedad.
En este sentido, del estudio se pudo extraer que, una dieta que no esté procesada con calor y que esté formulada a base de carne durante el periodo del embarazo para la madre, así como como la primera dieta sólida ofrecida a los cachorros durante el período postnatal temprano (a los 1 - 2 meses de edad), muestran un efecto positivo frente al no desarrollo de la atopía en la edad adulta. La misma dieta también indicaba protección en una etapa posterior del cachorro (a los 2 - 6 meses de edad), pero este hallazgo no resultó demasiado concluyente.
Por el contrario, una dieta materna ultraprocesada basada en carbohidratos durante el embarazo, así como la primera dieta sólida de los cachorros durante el período postnatal temprano, aumentó la incidencia de la enfermedad en perros adultos.
“Como las dietas procesadas también tienen un perfil de macronutrientes muy diferente, en esta etapa, es imposible decir si es la falta de ‘cocción’, la cantidad mínima de carbohidratos, conservantes y colorantes, la diferente calidad y cantidad de proteínas y grasas animales, la falta de esterilidad de los alimentos, o algo más, fue lo que reveló que los alimentos crudos se puedan relacionar con la prevalencia de atopía canina”, explica Manal Hemida, investigadora principal del estudio.
Además de estos elementos, la desparasitación de la madre durante el embarazo, la exposición de los cachorros jóvenes a la luz solar durante al menos una hora al día, pasar tiempo en un suelo de tierra o césped antes de los seis meses de edad, mantener a los cachorros jóvenes con una adecuada condición corporal, y seguir viviendo en la misma familia, hermanos y madre, se asociaron con una disminución significativa del riesgo de dermatitis atópica a la edad adulta.
No obstante, "estos resultados, sólo sugieren causalidad, pero no lo demuestran. Se necesita una intervención en la dieta durante el embarazo y a temprana edad para confirmar nuestros hallazgos", afirma la profesora adjunta Anna Hielm-Bjorkman.