Los micoplasmas son los organismos unicelulares más pequeños del planeta. Estas bacterias son parásitos que provocan neumonía atípica en los seres humanos, y muchas enfermedades graves en el ganado, entre ellas la pleuroneumonía bovina, la agalactia contagiosa en los pequeños rumiantes y enfermedades respiratorias en las aves de corral.
Sin embargo, Luis Serrano, director del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, espera dar un buen uso a estas bacterias. El objetivo del proyecto MycoVAP, financiado con fondos europeos, era utilizar una cepa no patógena de Mycoplasma pneumoniae para romper las biopelículas bacterianas que subyacen a la neumonía asociada al respirador (VAP, por sus siglas en inglés) en pacientes hospitalizados.
Hasta una cuarta parte de los pacientes intubados desarrollan VAP, provocada en parte por las bacterias Pseudomonas aeruginosa o Staphylococcus aureus que forman pátinas duras en la superficie de las cánulas. “Las biopelículas son muy resistentes al tratamiento con antibióticos, ya que los antibióticos no pueden acceder a las bacterias, y como las bacterias no se dividen, el antibiótico no ataca”, apunta Serrano.
Los micoplasmas no tienen paredes celulares, por lo que pueden utilizarse en combinación con antibióticos como la penicilina, que matan otras bacterias al atacar la síntesis de la pared celular. “Desarrollamos bacterias geomanipuladas para disolver la biopelícula. Las bacterias secretan enzimas que destruyen la biopelícula y las toxinas que matan a las bacterias”, indica el experto.
Sin embargo, este no es el único uso que el equipo ha encontrado para su ayudante bacteriano. Al aislar Mycoplasma pneumoniae y modificarlo para que no fuera un patógeno, agregaron proteínas de superficie de otras cepas más peligrosas de las bacterias. Serrano explica: “La idea es desarrollar un único vector bacteriano que podría utilizarse para vacunar contra muchas enfermedades animales diferentes, especialmente las infecciones causadas por especies de micoplasma”.
Añade que, como muchas especies de micoplasmas son difíciles de cultivar en el laboratorio, ha sido difícil desarrollar vacunas contra ellas. Crear una especie que se reproduzca bien en el laboratorio, y usarla para vacunar contra múltiples cepas, ofrece una solución elegante. “Si tenemos antígenos en una especie de crecimiento fácil, podemos ahorrarnos mucho tiempo y energía”.
El equipo planea seguir adelante con los ensayos clínicos de las dos bacterias modificadas durante el próximo año. Como es lógico, es probable que se apruebe el uso de las bacterias en animales antes de que esté disponible para seres humanos.
“No esperábamos crear un vector terapéutico para humanos. Estábamos trabajando en animales, ahora estamos probando en cerdos y ganado. Es más fácil en animales, pero tenemos que comparar el tratamiento con las vacunas existentes”.
“Ahora estamos explorando la posibilidad de usar bacterias modificadas para el cáncer de pulmón y enfermedades pulmonares”, manifiesta el experto, quien explica que el micoplasma podría modificarse para secretar anticuerpos o proteínas dirigidas al tumor. “El mensaje más importante es que en el camino hacia el estudio de una cosa, encuentras muchas otras nuevas e interesantes. Por eso la ciencia es emocionante”.